ginebra. Tras una década de infructuosas negociaciones, Irán y el Grupo 5+1 llegaron en la madrugada del domingo en Ginebra a un acuerdo de seis meses por el que Teherán suspenderá parte de su programa nuclear a cambio de que se flexibilicen las sanciones económicas internacionales. Gran parte de la comunidad internacional celebró el pacto inicial alcanzado en la ciudad suiza y que debería dar paso a uno definitivo en el plazo de un año. "Hoy, Estados Unidos, junto con nuestros aliados y socios, dio un importante primer paso hacia una solución amplia que resuelva nuestras inquietudes respecto del programa nuclear de Irán", dijo Obama una comparecencia en la Casa Blanca tras el anuncio del acuerdo, en la que señaló que se "ha abierto un nuevo camino hacia un mundo más seguro".
Sin embargo, el presidente estadounidense dejó claro que se trata de un "primer paso" y advirtió que ahora está en manos de Irán demostrar durante los próximos seis meses que su compromiso es serio, lo que le dará a Teherán "la posibilidad de un nuevo comienzo" con la comunidad internacional. El acuerdo alcanzado con el Grupo 5+1 -Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Alemania- establece que en el próximo medio año Irán limite su enriquecimiento de uranio al cinco por ciento. Además, el uranio ya enriquecido al 20% será diluido con el fin de evitar que sea usado para fabricar armas atómicas. Teherán tampoco podrá instalar nuevas centrifugadoras o plantas para el enriquecimiento de uranio, ni seguir con la construcción del reactor de Arak, mientras que las centrifugadoras ya instaladas pero que aún no entraron en funcionamiento no podrán hacerlo. Asimismo, se autorizarán controles diarios a los inspectores internacionales. Según el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en la siguiente fase tendrán que cerrarse algunas instalaciones iraníes. Todo ello para convencer a Occidente de que no intenta construir armas nucleares, sino desarrollar un programa atómico con fines civiles. Como contrapartida, el acuerdo establece que una parte de las sanciones internacionales vigentes en la actualidad serán levantadas, lo que implica para Irán un alivio financiero de unos 5.000 millones de euros.
eliminación de sanciones Según el ministro de Exteriores iraní, Mohamed Yawad Zarif, entre las medidas que serán suspendidas figuran parte del embargo petrolero, sanciones contra la industria petroquímica iraní, la fabricación de automóviles, seguros y comercio con metales preciosos. Pero aún se mantendrán sanciones a parte de las exportaciones de petróleo y a las transacciones con el extranjero. "Las sanciones se reducirán en un primer momento, pero poco a poco seguro que se levantan", afirmó Zarif, en un mensaje optimista a su país, sumido en la crisis económica.
El documento permite que Irán haya alcanzado su objetivo de poder enriquecer uranio, aunque sea a unos niveles bajos como el cinco por ciento, e incluso con la bendición de Estados Unidos y sus aliados. Hace ocho años, a la República Islámica se le prohibió incluso la transformación de uranio, un paso previo al enriquecimiento. Para el ministro de Exteriores británico, William Hague, se trata de una "buena noticia para el mundo" y la muestra de que "es posible trabajar con Irán y solucionar con diplomacia problemas difíciles". Por su parte, el presidente francés, François Hollande, calificó el acuerdo alcanzado en Ginebra de "importante paso en la dirección correcta" y celebró que recoja las principales exigencia de su gobierno. Y China se mostró convencido de que el acuerdo "ayudará a mantener el sistema de no proliferación nuclear y la estabilidad en Cercano Oriente", según afirmó su ministro de Exteriores, Wang Yi. "Nadie ha perdido", dijo mientras el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, resumiendo el sentimiento de "victoria para todos" surgido de las negociaciones llevadas a cabo en Ginebra con la mediación de la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton. Por otro lado, Lavrov confía ahora en que el acuerdo de Ginebra tenga consecuencias positivas para la resolución de la guerra civil en Siria. El propio gobierno sirio, aliado de Teherán saludó ayer el pacto, mientras la oposición se mostró menos entusiasmada. Entre tanto, el gobierno israelí fue claro al mostrar su rechazo y enfado a lo acordado en Ginebra y su intención de defenderse. Fue tal la reacción furibunda de Netanyahu -"no es un acuerdo histórico, es un error histórico"- que el propio John Kerry tuvo que calmar los ánimos asegurando que durante los próximos seis meses Israel está de hecho más seguro de lo que estaba ayer".