DONOSTIA. El PP de la CAV ha dejado claras dos ideas. Por un lado, que en su seno coexisten dos almas: una proclive a normalizar sus relaciones con EH Bildu, aunque dentro de unos límites y exigiendo que condene a ETA antes de reunirse con ella; y otra que apuesta directamente por asfixiarla, no dirigirle la palabra e ilegalizarla sin dilación. Por otro lado, dejó ver que, entre esas dos vías, se decantaría por la más posibilista. Tras la andanada de su expresidenta María San Gil, quien criticó que los partidos convivieran con normalidad con los "bildu-etarras" y que PNV, PSE y PP no estén "en lo que tienen que estar", los populares vivieron ayer otra jornada agitada con la réplica del portavoz parlamentario, Borja Sémper, uno de los principales valedores de la apertura en el partido, y quien ha llegado a avisar en alguna ocasión de que habría que construir Euskadi con la coalición gustara o no. Sémper se mostró dolido tras la incendiaria intervención, y convencido de que su partido debe mirar al futuro. "El PP de Euskadi intenta construir un futuro mejor de lo que ha sido el pasado, y no hacer política regodeándonos en lo duro que ha sido el pasado", dijo en Onda Cero.

Una respuesta que no emitiría a título personal y que parece fijar la postura oficial de la formación, ya que es muy similar a la que ofrecía semanas atrás un peso pesado del núcleo duro del partido, el secretario general del PP de la CAV, Iñaki Oyarzábal, cuando Carlos Iturgaiz hablaba de "dos almas" en el partido. Oyarzábal contestaba entonces que "no se puede hacer política como hace diez años". De hecho, cuando el expresidente de la formación, Antonio Basagoiti, relevó a la propia San Gil en 2008, lo hizo proponiéndose virar hacia el moderantismo, un mensaje que podía tener mayor predicamento en la CAV.

Especialmente tras el cese de ETA, la formación incidió en que podía ofrecer propuestas al margen de su discurso contra la organización armada, y se propuso abrir sedes a pie de calle y ensanchar su base social para no conformarse con sus apoyos en los feudos tradicionales de Getxo o Araba. Además, trató de asumir cierto perfil vasquista, aunque dentro del corsé del discurso centralista de Génova. Aun así, y a pesar de que Basagoiti se citara con Aralar por primera vez, no ha cruzado esa línea con Bildu. Sin embargo, gestos como el brindis del concejal donostiarra Ramón Gómez con el alcalde de Bildu, Juan Karlos Izagirre, han pesado más en el sector crítico, que también ha cargado contra cualquier intento de apertura en la política penitenciaria de Rajoy, aunque fuera acogiéndose al Código Penal.

José María Aznar dejó su particular recado a La Moncloa, precisamente en su comparecencia de anteayer con San Gil, para pedir que los presos cumplan condena en los términos más estrictos que permita la ley. Desde el europarlamento, Carlos Iturgaiz, Jaime Mayor Oreja y Alejo Vidal-Quadras se han mostrado igualmente críticos y hacen constar sus discrepancias periódicamente. El último de ellos llegó a cuestionar el relevo de Basagoiti por Arantza Quiroga, en teoría también partidaria del moderantismo, por "falta de democracia interna". En ese momento se interpretó que el PP pisó el acelerador en el relevo precisamente para evitar que resurgieran las discrepancias internas.

iturgaiz se reafirma Sémper tildó ayer de "injustas y dolorosas" las palabras de San Gil, a quien no vio "muy atenta a la actualidad política". "A mí, hace quince días, me llamaban fascista en el Parlamento, y lo que dijo ella es que, poco más o menos, nosotros estamos de cachondeo con los de Bildu", lamentó. Poco después de la respuesta de Sémper, Iturgaiz lo acusó de hacer daño a las víctimas. En una entrevista en esRadio, justificó su acusación en que Sémper ha defendido al edil popular de Errenteria, José Manuel Herzog, quien lamentó "los disgustos sufridos por quienes fueron detenidos en la operación policial sobre Herrira, así como sus familias". El portavoz parlamentario puso entonces en valor su trayectoria en defensa de las víctimas, y matizó que Herzog estaba a favor de la operación contra Herrira, al margen de otras consideraciones personales que hubiera podido emitir -y que tuvieron más que ver con los términos del despliegue del operativo-. Iturgaiz aseguró que "muchas víctimas no entienden la posición de Sémper", y que debería pedir explicaciones al edil y, si no rectifica, "tiene que haber una desautorización".