washington. El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció ayer que evalúa una acción militar en Siria sin soldados sobre el terreno que no implicaría un compromiso bélico a largo plazo y que aún estudia una amplia gama de opciones con sus asesores. "No estamos considerando un compromiso indefinido. No estamos considerando el envío de tropas", apuntó Obama. El mandatario dejó claro que el ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto en la periferia de Damasco, atribuido por Estados Unidos al régimen sirio, no quedará sin respuesta, ya que, a su juicio, representa "un desafío para el mundo".
"No podemos aceptar un mundo en el que mujeres, niños y civiles inocentes son gaseados", subrayó. Ataques como ese con una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y también para la de países aliados como Israel, Turquía y Jordania, según Obama. Minutos antes, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, aseguró en una rueda de prensa que las pruebas de las que dispone el Gobierno sobre la responsabilidad del régimen de Al Asad en el ataque "son claras y convincentes". Sin embargo, la Administración estadounidense se limitó a divulgar un informe de cuatro folios sobre por qué Estados Unidos cree que el régimen sirio atacó a civiles con armas químicas. Washington no presentó documentos oficiales físicos, aunque subrayó que cuenta con datos y pruebas.
El Gobierno de Estados Unidos asegura disponer de múltiples pruebas, algunas de las cuales no pueden ser expuestas al público por razones de seguridad, que "demuestran con alta confianza que el Gobierno sirio perpetró el ataque contra elementos de la oposición en las afueras de Damasco el 21 de agosto". El informe habla de vídeos, conversaciones de funcionarios del régimen, imágenes de satélite, declaraciones de testigos presenciales, informes médicos y de organizaciones no gubernamentales, datos de servicios de espionaje. En concreto, destaca la existencia de una conversación interceptada el día del ataque a las afueras de Damasco entre un oficial del Ministerio de Defensa sirio y el jefe de una unidad de armamento químico. En una llamada telefónica, un oficial se quejaba de que el incidente alertaría a los inspectores de la ONU. Asimismo, el informe asegura que los servicios secretos occidentales detectaron movimientos en los arsenales de agentes tóxicos entre el día 18 y el 21.
Según el documento elaborado por Estados Unidos, los cohetes con gases se lanzaron, según imágenes por satélite, desde las zonas controladas por el régimen a los barrios controlados por los rebeldes. "Sabemos desde dónde y a qué hora se lanzaron los cohetes, todos desde bases del régimen", aseguró Kerry durante su intervención. En los 90 minutos siguientes al lanzamientos, las redes sociales se llenaron de comentarios sobre la intoxicación con agentes químicos, detalla el documento de Washington, que asegura también que el Ejército dio instrucciones a sus tropas de utilizar máscaras antigas. Además, asegura que "el régimen intensificó la descarga de artillería en muchos de los barrios donde se produjo el ataque" el mismo día 21. Estados Unidos interpreta el ataque como una frustración del Gobierno de Al Asad por la dificultad de controlar esas zonas.
El secretario de Estado señaló que las pruebas con las que cuentan son convincentes, "son hechos", y rechazó cualquier similitud con la guerra de Irak. "Nuestra comunidad de inteligencia ha revisado y vuelto a revisar la información sobre el ataque y lo ha hecho con más cuidado que en Irak. No repetiremos ese momento", manifestó, al tiempo que pidió que cada cual juzgue por sí mismo las evidencias difundidas ayer. Kerry reiteró, además, su desinterés por el informe que elaboran los expertos de la ONU porque, dijo, solo ha investigado si se usaron armas químicas, no quien.
Apoyo de Francia El secretario de Estado estadounidense advirtió de que "necesitamos preguntarnos sobre el riesgo de no hacer nada". En este sentido, Kerry recordó que la decisión, que se inclina sin apenas duda hacia una intervención militar, será un mensaje para otros que se plantean el uso de armas de destrucción masiva como la milicia libanesa Hezbolá o Corea del Norte. El secretario de Estado apuntó que Estados Unidos "no está solo en su voluntad de hacer algo y actuar" y destacó el apoyo de la Liga Árabe, la Organización para la Cooperación Islámica, Turquía, Francia y Australia. "Sabemos que los estadounidenses están cansados de la guerra, yo también, pero esa fatiga no nos exime de nuestra responsabilidad... la historia nos juzgará si damos la espalda", advirtió Kerry.
La negativa del Parlamento británico a que el Reino Unido intervenga militarmente en Siria ha dejado a Francia como el principal aliado de Estados Unidos en su operación de castigo al régimen sirio. En una entrevista al vespertino Le Monde, el presidente galo, Fraçois Hollande, insistió ayer en que todas las opciones siguen sobre la mesa, en que quiere esperar a "tener todos los elementos" que justifiquen una decisión y en que, en todo caso, esta no llegará antes de que la misión de la ONU abandone hoy Siria. Francia, aseguró, está preparada y el veto de los parlamentarios británicos a su primer ministro, David Cameron, no le ha hecho modificar su postura.
"Cada país es soberano para participar o no en una operación. Eso vale tanto para el Reino Unido como para Francia", añadió Hollande, sin entrar en juicios de valor sobre una decisión que ha llevado al presidente estadounidense a barajar una acción en solitario. El presidente francés y su homólogo norteamericano mantuvieron ayer "una amplia conversación" sobre la situación en Siria, donde, según Hollande, Al Asad ha franqueado una línea más dentro del horror y "la respuesta, y no la inercia, es la que va a imponer una solución política". "Yo no hablaría de una guerra, sino de sancionar una solución monstruosa de los derechos humanos. Tendría un valor disuasorio", explicó el mandatario.
Esta es la misma explicación que mantiene Estados Unidos, que asegura que en ningún momento el objetivo es derrocar a Al Asad. Asimismo, tanto Obama como Kerry subrayaron ayer que la solución al conflicto sirio pasa por la vía política y no militar.
Inspectores de la ONU Los expertos de Naciones Unidas visitaron ayer un hospital militar de Damasco para finalizar sus pesquisas sobre el uso de armas químicas en Siria y presentar un informe preliminar, que fue rechazado de antemano por el régimen sirio al considerar que la misión no ha sido completa. Al término de la última jornada de investigaciones sobre el terreno del equipo de la ONU, las autoridades sirias exigieron que se inspeccionaran zonas donde soldados gubernamentales se vieron afectados por gases tóxicos y se espere a los resultados de los análisis de laboratorio de las pruebas recogidas.
El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Mualem, pidió al secretario general de la ONU, Ban Ki-monn, objetividad en la investigación al margen de las presiones exteriores. Ban será informado hoy de las conclusiones.
l Estados Unidos. Washington acaba de perder a su principal aliado después de la Cámara baja del Parlamento británico rechazara la posible intervención militar. A pesar del duro revés, parece dispuesto a actuar en solitario, guiado por sus propios interese de seguridad nacional y de sus aliados, especialmente Israel, y por su propio calendario. En estos momentos debate con el Congreso su posición.
l Reino Unido. Después de la derrota del primer ministro, David Cameron, Londres no participará en un eventual ataque. Cameron y su ministro de Exteriores, William Hague, habían abogado por la vía militar frente a Al Asad.
l Francia. El presidente François Hollande está a favor de una respuesta internacional contra Siria, de ser necesario, sin un mandato de la ONU. "Si el Consejo de Seguridad no está en capacidad de actuar, se formará una coalición", asegura. La Asamblea Nacional celebrará una sesión extraordinaria por la crisis siria el miércoles.
l Alemania. Berlín apoya la idea de que haya "consecuencias" conjuntas si se llega a la certeza de que Al Asad usó gas nervioso, sin embargo, las fuerzas alemanas no participarán de ninguna manera en una operación militar. "Ni se nos ha pedido una participación de este tipo ni nosotros la consideramos", manifestó el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle. Berlín sigue apostando por una posición común en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
l Rusia. El presidente Vladimir Putin rechaza categóricamente un ataque contra su aliado sirio. Moscú, que tiene derecho a veto en el Consejo de Seguridad, no quiere una intervención sin mandato de la ONU y advierte de que la posible caída de Al Asad daría a las a los islamistas radicales, parte del conglomerado de la oposición armada al régimen sirio, y pondría en llamas toda la región. Rusia a desplazado, en tanto, buques de guerra al mar Mediterráneo. Moscú se congratuló ayer por la decisión del Parlamento británico. "Esa decisión refleja la opinión de la mayoría de los británicos y de los europeos. Me parece que la gente empieza a entender cuán peligrosos son esos guiones, sobre todos in mandato", señaló Yuri Ushakov, asesor de política internacional del presidente ruso.
l China. Pekín, otro país con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, no ha expresado hasta ahora sus objeciones con demasiado énfasis. El ministro de Exteriores, Wang Yi, también sostuvo que una intervención desestabilizaría aún más la región. El gigante asiático aboga por que las decisiones se tomen exclusivamente en el marco de la ONU.
l Turquía. El Gobierno turco es uno de los rivales más encarnizados de Al Asad y apuesta por una intervención que ayude a derrocar al mandatario. No está, sin embargo, cómo se traduciría su apoyo a una acción militar. Turquía teme también represalias de Siria, con la que comparte una frontera de 800 kilómetros. El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, se mostró ayer convencido de que se emplearon armas químicas en Siria, hecho, según él, establecido por los servicios secretos turcos tanto mediante testigos como analizando las imágenes, y atribuyó esa responsabilidad al régimen de Al Asad. "La zona se hallaba bajo control rebelde y, además, por lo que sabemos, los rebeldes no disponen de este tipo de armas sofisticadas", sostuvo. "La comunidad internacional debería dar una señal muy clara, debe reaccionar de la manera más contundente posible", insistió.
l Liga árabe. La institución panárabe acusa al régimen sirio del uso de armas químicas e insta a que se juzgue a los responsables en la Justicia internacional. En un comunicado, la Liga Árabe alentó a la comunidad internacional a actuar para "poner fin a las violaciones y a los crímenes de genocidio llevados a cabo por el régimen sirio desde hace más de dos años" y llamó a prestar todo tipo de apoyo a los rebeldes sirios para defenderse.