bilbao. Javier Sádaba (Portugalete, 1940) vive con un pie y el alma en Madrid y el otro pie y el corazón en Euskadi. Catedrático de Ética por la Universidad Autonóma de Madrid, ha sido profesor en universidades como Oxford y Cambridge (Reino Unido), Columbia (Nueva York) o Tübingen (Alemania). Se muestra muy escéptico con la posibilidad de una regeneración democrática del sistema político español, a no ser que la sociedad cobre un protagonismo mayor. Sus dudas se convierten en optimismo al hablar sobre el problema vasco. En este punto el filósofo jarrillero ve una luz más potente al final del túnel.
¿Urge reinventar la política con tantos casos de corrupción política?
Por su puesto que sí. Lo primero porque la corrupción no es una cosa accidental sino que está extendida como una metástasis por todo el cuerpo social. Y además corrupción significa que todo se compra y se compran voluntades. Cuando sucede eso hay que cambiar las cosas de arriba abajo, tanto la actitud de las personas como la estructura institucional. Es urgente, inmediato y necesario.
¿Este cambio lo pueden hacer los propios políticos y los partidos?
Desconfío mucho de que los partidos políticos puedan hacer algo. Primero porque se han colocado más allá del bien y del mal. Todo esto hunde sus raíces en la transición. No creo que vayan hacer algo aquí y que se vayan a suicidar. Por lo tanto, esto solo se puede hacer desde la sociedad, que tiene muchas posibilidades de conseguir que esto cambie, por lo menos que ponga el germen para que esto cambie. Hay que llamar a la responsabilidad de cada uno de los individuos para que sepan resistir y sepan ser muy exigente con sus derechos.
¿Estamos ante una crisis de los partidos políticos?
Los partidos no están en crisis, se perpetuarían in eternum y su objetivo es mantenerse en el poder y, por tanto, su meta es siempre ganar las próximas elecciones. Pero sí creo que hay una crisis sobre el papel de los partidos en la democracia como también creo que hay una crisis de lo que entendemos por democracia. Habría que hacer una inversión: en vez de que los partidos están al servicio del pueblo que no esté el pueblo a su servicio como ocurre ahora. Y esto solo lo podrán hacer los ciudadanos si se sienten libres.
¿Representan los partidos a un cuerpo electoral estanco o son un mercado político con una ideología cada vez más difusa?
Yo aspiro a una democracia directa con una presencia real de la sociedad en la que los partidos jugaran un papel menor y no el que tienen ahora. Pero todavía no es así, aunque haya que intentarlo. En cualquier caso, los partidos van a continuar haciendo lo que han hecho hasta ahora si no hay una explosión social que les sacuda fuerte. En buena parte secuestran la voluntad popular.
¿Tanta corrupción es el reflejo de un problema sistémico?
Es un problema estructural del sistema, no una cuestión puntual. Hay que cambiar todo a nivel mundial, pero uno habla de donde le pisa el zapato. Hay que cambiar todos los mimbres con los que se ha hecho esta cesta, todo lo demás va a ser poner parches.
Con lo que ya se conoce, ¿Rajoy debería dimitir?
Rajoy ha engañado, ha mentido fuera y dentro del Parlamento y, por lo tanto, tendría que dimitir. Pero detrás de él tendrían que dimitir otros muchos que en este momento están pidiendo su dimisión y por las mismas razones.
¿Los políticos son un reflejo de la sociedad o son punto y aparte? ¿Tenemos los gobiernos que nos merecemos?
En buena parte los políticos son el reflejo de la sociedad. La sociedad traga mucho, es inerte, es crédula y por eso no es extraño que haya esta clase política, porque la última responsabilidad es de cada uno de nosotros. Pero no es una responsabilidad igual, son mucho más responsables los políticos que los ciudadanos.
¿Parece que hasta que no se ha tocado fondo y la crisis ha golpeado fuerte se ha mirado a otra parte, mientras se vivía a un buen tren de vida?
Efectivamente, pero esto viene de largo. Es cierto que, por inercia o por miedo, ha habido poca rebeldía y hasta que no nos han pisado nuestro zapato no se ha movilizado. Una pena porque se debiera haber empezado antes, habernos dado cuenta antes de cómo esta todo y haber reaccionado antes.
No parece que los movimientos populares hayan calado demasiado.
No estoy de acuerdo con que movimientos como, por ejemplo, el 15-M o Democracia Real Ya sean flor de un día o una cosa epidérmica. En primer lugar, fueron un aldabonazo muy potente; en segundo lugar, tienen un valor simbólico grande; y además, y aunque no se ve a primera vista, han conseguido insertarse en muchos ámbitos de la sociedad, por ejemplo en los barrios, o en las redes sociales. También creo que han sido el origen de otro tipo de movimientos, como por ejemplo el de los antidesahucios, que han hecho muchas cosas, más de lo que puede parecer. Aunque es verdad que me habría gustado que hubieran tenido un mayor contagio social.
¿Hacen falta nuevos mecanismos de control en la política o vale con emplear bien los que ya existen?
Éste es un país donde llama la atención la falta de control existente. Es uno de los males endémicos y se pone de manifiesto en los casos de estas últimas fechas. Cuando se habla de poner controles se tiende a poner una comisión más que trae consigo otra comisión, pero nunca se va derecho al meollo. Por tanto, controles sí. Y como decía Socrátes sobre las leyes, pocas pero que se apliquen.
Ahora que la monarquía está bajo sospecha judicial, ¿es buen momento para jubilarla?
Yo la hubiera jubilado antes de que naciera. Primero porque es una antigualla profundamente antidemocrática. Que alguien pueda ser jefe del Estado por los genes va en contra de la esencia más elemental de cualquier tipo de democracia. Me molestan mucho intelectualmente aquéllos que dicen ser republicanos pero, sin embargo, son juancarlistas. Es una contradicción inadmisible.
¿Qué ha pasado en la sociedad española para que la crítica a la monarquía, hasta hace poco proscrita, sea ahora consentida?
Es verdad que ha habido muchos tabúes desde la transición, no se podía hablar de la autodeterminación, no se podía tocar al monarca... Eso se ha aflojado algo primero porque ha pasado tiempo, también porque ha habido presión social y finalmente porque ellos han colaborado de una manera extraordinaria. El peor enemigo de la monarquía está siendo la Casa Real.
¿Es un Estado de Derecho o un Estado mediático donde los titulares marcan la política y a los jueces?
Tengo un respeto muy grande a los medios de comunicación y considero que es una de las cosas más valiosas en una democracia. Pero dicho esto, sí creo que este es un país de tribus en donde al servicio de los partidos políticos, o al revés en un tándem entre grupos políticos o grupos de presión económica, se han apoderado del espacio público y del espacio político y son los que están dictando qué es lo que está bien, lo que está mal y lo que haya que hacer. Eso es una corrupción de la democracia. El periodista tiene que tener ideas pero debe de estar mucho más cerca, haciéndose eco de las necesidades de la gente que lo que les manden desde arriba.
¿Hay que esperar a una sentencia judicial para que los cargos públicos tomen responsabilidades políticas?
Radicalmente no. Otra cosa es que haya que cambiar la figura del imputado. En el momento en el que a alguien le llaman incluso durante el periodo de instrucción debería poner su cargo a disposición del partido. Además sería un buen ejemplo, un modelo para los demás, y una demostración de que está en política no para pisar moqueta, sino porque quiere hacer algo en favor de todos.
"La corrupción no es algo accidental, se extiende como una metástasis por todo el cuerpo social"
"No es extraño que haya esta clase política. La última palabra es de cada uno de nosotros"
"El peor enemigo de la monarquía está siendo la propia Casa Real"
"Rajoy debería dimitir, pero detrás de él deberían ir otros que están pidiendo que se vaya"