Hubo un tiempo donde las rebajas incluso alteraban el bioritmo de las personas. La transformación era evidente el primer día del mes de julio, fecha cuando el comercio minorista, las marcas de renombre y las grandes superficies abrían la veda de las gangas y los mejores chollos. Una tentación demasiado vital para los cientos de consumidores que varios minutos antes ya se apostaban en el exterior de este tipo de establecimientos, dispuestos a correr, empujarse e incluso zarandear al de al lado antes de renunciar al trofeo, normalmente ubicado en la sección de modas y complementos. Así eran las rebajas hasta no hace mucho tiempo. Pero eso terminó. O, al menos, ha derivado hacia una actitud consumista mucho más racional. Probablemente la crisis haya tenido mucho que ver en ello.
Ayer 1 de julio, como todos los años, dio comienzo una nueva temporada de rebajas, que durará hasta el 31 de agosto. Un periodo de oportunidades en plena crisis donde por quinto año consecutivo tocará reinventarse dentro de un contexto de gravísima recesión económica que está lastrando la capacidad adquisitiva de los ciudadanos y, en consecuencia, de los comercios. Lo aseguró con contundencia la semana pasada el presidente de la Confederación Empresarial de Comercio de Bizkaia (Cecobi), Pedro Campo, cuando advirtió: "Estamos en alerta roja y no soportaremos más esta situación si no nos ayudan con una bajada de impuestos, más financiación y que los consumidores entiendan que hay que consumir, de una manera lógica, reflexiva y prudente, pero consumir".
Jornada de menos a más
El dramático diagnóstico es calcado en Álava, donde el comercio hace ya tiempo que está sumido en un pozo sin precedentes que se ha llevado por delante a decenas de establecimientos en lo que va de año. Entre ellos firmas con solera como VOX, Lola, Mandala o, recientemente, Blanco y la tienda de zapatos Fosco. "Los que aguantan", explica un empresario de la moda, "no se sabe muy bien ni cómo lo están haciendo, es un milagro".
Así y todo las rebajas no faltaron ayer a su cita de verano, a pesar de que el 52% de los comerciantes ya ha realizado promociones especiales con anterioridad para paliar los "malos" resultados de la campaña de primavera-verano. De la mano de los grandes carteles y eslóganes publicitarios llegaron también los consumidores de siempre. Menos numerosos, pero igualmente fieles.
Lo comprobó este periódico acudiendo a uno de los termómetros de referencia en Vitoria, El Corte Inglés, cuyas puertas abrieron a las diez en punto. Minutos antes unas cuarenta personas aguardaban el pistoletazo de salida para adquirir el chollo seleccionado unos días antes. La recompensa, advertía Mariasun en primera fila, "merece la pena". Según la política de precios de esta firma, la mayor parte de sus productos salieron a la venta con agresivos descuentos de entre el 50% y el 60%. Sólo marcas muy concretas como Apple -que por política de empresa no permite realizar descuento alguno- se salvaron del fenómeno rebaja, explicaba el subdirector de El Corte en Vitoria, José Valladar, que a última hora de la tarde cifraba en unas 25.000 las personas que ayer cruzaron alguna de las tres puertas de acceso a este centro. Clientes como Ramón y Esther, que en la sección de caballero apuraban un pantalón de pinzas para él "de una marca de postín" o José y Xarai, que madrugaron para adquirir ropa infantil "a buen precio".
Lejos de este gigante comercial, el desenlace de la jornada fue por barrios, al igual que las expectativas generadas. Así, mientras que el 43% cree que las rebajas mejorarán sus ventas, un 57% estima que serán "iguales" o "inferiores" a las del año pasado, una campaña que la mayoría ya consideró "mediocre". Por zonas, el centro no registró grandes colas ni aglomeraciones hasta bien entrada la tarde, que sí se vieron en cambio en la zona de El Boulevard, donde marcas como H&M y Zara protagonizaron una actividad interesante aplicando "precios de guerra", explica la joven Zuriñe Berriozabal, que ayer aprovechó la ocasión para adquirir algunas prendas infantiles de cara a la próxima temporada. Veteranas en el sector como Charo Arija también tiraron de tarjeta para vestir a los nietos, aunque lo hizo, eso sí, en locales del centro, donde los descuentos oscilaron entre el 21% y el 40%. Según Gasteiz On, seis de cada diez comercios apostaron ayer por rebajar sus productos, pero hubo excepciones como la de Calzados Benito, que este año ha decidido no dar el paso "por respeto a nuestros clientes de siempre", los mismos que le acompañan en la calle Diputación desde hace 40 años, explica su fundador, Ángel Benito.