MADRID. En el texto de su voto particular, registrado en el CSN hoy a raíz del informe favorable que el organismo emitió el viernes pasado respecto a la solicitud de Nuclenor a Industria para tener un año más de plazo en el que pueda pedir la renovación de su licencia -que expira el 6 de julio próximo-, Narbona critica la presión y la urgencia a las que se ha sometido al CSN.

Así, en el voto particular, al que ha tenido acceso Europa Press, la consejera y ex ministra de Medio Ambiente recuerda que la solicitud de renovación debe presentarse un año antes del vencimiento del periodo de validez y que, en el caso de Garoña se dispuso que la fecha límite para este trámite fuera el 6 de septiembre de 2012. A su juicio, esta fecha ya implicaba "un inusual periodo de tiempo menor que el año normalmente requerido por el CSN" para este supuesto. En ese sentido, recuerda que Nuclenor no presentó en ese plazo solicitud alguna, por lo que ya expiró su plazo legal para solicitarla.

Al mismo tiempo, subraya que cuando se ha votado la solicitud del Ministerio de Industria, Energía y Turismo para que se pronunciara sobre la petición de Nuclenor, el CSN ya tenía redactado el informe relativo a la declaración del cese de explotación de la central e iba a ser remitido de forma inminente al Ministerio.

De este modo, Narbona argumenta que la petición de Nuclenor imposibilita al CSN cumplir los plazos y procedimientos de buenas prácticas aplicadas y desarrolladas por el organismo regulador durante los últimos años.

Por otro lado, critica que ni el Ministerio ni tampoco el titular de la planta atómica justifican con precisión la finalidad concreta de esta solicitud, ya que no se solicita para cumplir con el objetivo de la central, que es producir energía eléctrica de manera segura y considera que esto se debe al "único fin de ganar tiempo" para poder preparar otra renovación de licencia.

"El CSN, como consecuencia, ha recibido una inédita solicitud de autorización de explotación de una central para que esté en situación de parada y por el periodo de un año", lamenta.

PRESIONES INACEPTABLES

En este contexto, denuncia que la petición del Ministerio, en los términos en que se ha formulado y en los tiempos que se ha cursado, ha obligado a someter al cuerpo técnico del CSN a una "presión inaceptable". De hecho, se han celebrado cuatro reuniones del pleno en una semana para analizar la prolija documentación e informes técnicos y jurídicos requeridos "con urgencia", algo que Narbona considera "del todo injustificado".

En definitiva, la consejera subraya que "no comparte" el informe favorable aprobado puesto que, en su opinión, el CSN no debe en ningún caso ser "instrumentalizado por el Gobierno para alcanzar objetivos que son consecuencia de una negociación" en curso entre el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y diferentes empresas del sector público. "Esta evidencia atenta contra la independencia del organismo regulador, cuya única misión es la de garantizar la seguridad nuclear y la radiológica, de acuerdo con la normativa vigente y las buenas prácticas", ha añadido.

Al mismo tiempo, estima que la decisión adoptada supone reducir al mínimo los plazos y las condiciones de revisión, evaluación e inspección del CSN para examinar las solicitudes de renovación de autorizaciones de explotación.

Asimismo, acusa al Gobierno de que la decisión adoptada, por tres votos a favor y dos en contra, estable "un proceso inédito y ad hoc, para ampliar la operación de una central, no para generar electricidad" ya que se mantendrá en parada fría durante un año con el objetivo de facilitar una alternativa legal para que el titular pueda presentar, más adelante, una solicitud de renovación de la autorización de explotación hasta 2019".

Por ello, lamenta que la decisión del pleno sienta un precedente que genera incertidumbre sobre la aplicación en el futuro de criterios y de buenas prácticas en próximas solicitudes de renovación de autorizaciones de explotación de reactores nucleares.

Narbona recuerda también que los procesos y procedimientos ya establecidos y practicados para las renovaciones de licencia en las centrales nucleares son "inherentes y co-sustanciales a las garantías de seguridad, ya que la seguridad requiere de una visión integral e integrada de la misma.

Finalmente, recuerda que aún no se han implantado las mejoras emanadas a raíz de las pruebas de resistencia practicadas a las centrales nucleares tras el accidente de Fukushima Daiichi (Japón) y que sigue pendiente la ampliación de estudios e inspecciones a la vasija de Garoña, tras detectarse en julio de 2012 defectos "aparentemente similares" a los identificados en la central nuclear belga de Döel 3.