vitoria. La sociedad municipal Ensanche 21, encargada desde hace una década de gestionar la expansión de la ciudad por Salburua y Zabalgana, y hoy ahogada bajo un montón de ladrillo al que no se logra dar salida, es un problema para el Ayuntamiento de Vitoria, pero mientras se decide qué hacer con ella sigue adelante con su funcionamiento diario. Ayer tocaba aprobar la formulación de las cuentas, la gestión y la distribución de resultados de los ejercicios 2011 y 2012, un documento que salió adelante con los votos favorables de PP y PNV ante el único rechazo de Bildu.

Los socialistas, enfrentados al gobierno del PP por la gestión de la empresa, decidieron marcharse antes de la votación, para denunciar, afirmaron fuentes de este grupo municipal, "el paripé que han organizado PNV y PP para una liquidación ordenada de la sociedad en la que no queremos participar". El PSE argumenta que ya en diciembre pidió la convocatoria de un Consejo Extraordinario de Ensanche 21 para aclarar la situación económica y financiera de la empresa, un reclamo que a día de hoy no ha obtenido respuesta. "Nosotros dejamos 111 millones de euros cuando salimos en junio de 2010 y hoy no sabemos dónde está ese dinero", señalaron los socialistas.

Desde el PNV, su portavoz, Gorka Urtaran, afirmó a este periódico que la formulación de las cuentas es una obligación de los consejeros, más allá de que avalen o no la gestión realizada, y por ello advirtió al alcalde Maroto de que exigirá un diagnóstico del nuevo gerente de Ensanche 21 en sustitución de Alfredo Piris, Iñaki Díez Unzueta, sobre el estado de la empresa, y condicionó su respaldo al PP en la gestión de la misma a su disolución, como muy tarde, el 31 de diciembre de 2014. Entiende Urtaran que es un plazo razonable para traspasar todos los poderes al Departamento de Urbanismo, asumir el trabajo de la extinta Arich y dejar, en definitiva, todo atado, para que Ensanche 21 muera en paz y se empiece de cero en la próxima legislatura.

Según los nacionalistas, la aprobación de la formulación de las cuentas de Ensanche 21 es fundamental para poder registrarlas y fiscalizarlas, así como para poder dar legitimidad legal a la absorción por parte de la empresa de la Arich, la Agencia de Revitalización del Casco Histórico. Sólo así, señaló Urtaran, se podrá retomar la actividad de esta sociedad, liquidada hace un año por el Ayuntamiento.