BOSTON. "Todavía no sabemos quién hizo esto ni por qué y la gente no debería sacar conclusiones antes de tener todos los hechos", afirmó Obama en una breve aparición en la sala de prensa de la Casa Blanca, al asegurar que se llegará "al fondo" de la investigación y el individuo o grupo responsable "sentirá todo el peso de la justicia".
El mandatario estuvo en contacto con las autoridades de la seguridad nacional y ofreció los recursos necesarios para la investigación en marcha, liderada por el FBI.
Las explosiones ocurrieron a las 18.50 GMT y con una distancia de entre 45 y 91 metros, cerca de la línea de la meta del maratón de Boston, que contó con la participación de unos 30.000 corredores, entre los que figuraban inscritos 91 españoles que no se vieron afectados, según la embajada en Washington.
Las imágenes de televisión mostraban el pánico y el caos generados por las explosiones en el sector de Back Bay en la emblemática ciudad portuaria, y víctimas ensangrentadas o con extremidades rotas o amputadas trasladadas en camillas.
Acompañado de agentes del FBI y de la policía local, Patrick instó al público a que permanezca alerta, denuncie cualquier paquete sospechoso, y colabore con la investigación.
"La ciudad de Boston está abierta y estará abierta, pero no será un día normal. Habrá un aumento de la presencia policial" en la ciudad, aseguró Patrick.
El encargado de la oficina del FBI en Boston, Richard DesLauriers, dijo que la investigación en curso, que cuenta con una constelación de agentes locales, estatales y federales, se centra un potencial acto terrorista.
Por su parte, el comisionado de la policía de Boston, Ed Davis, dijo que las autoridades "buscarán bajo las piedras" hasta encontrar a los responsables de este "acto de cobardía".
Davis anunció para mañana una nueva rueda de prensa para precisar la situación de las cerca de 140 víctimas, algunas de ellas heridas de gravedad.
Aunque aparentemente las explosiones fueron coordinadas, Davis dijo que por el momento "no tenemos un sospechoso", aunque las autoridades entrevistarán a "personas de interés" en busca de pistas.
Según las autoridades médicas, al menos 144 personas fueron trasladadas a ocho hospitales locales, incluyendo ocho niños. La mayoría de las víctimas sufrieron lesiones en la cabeza y las extremidades y varias decenas se encuentran en estado crítico.
Tras las explosiones, las autoridades establecieron brevemente una zona de exclusión aérea en todo el área de Boston y suspendieron los vuelos en el aeropuerto internacional de Logan.
También suspendieron temporalmente el sistema de telefonía móvil y elevaron los niveles de alerta en Nueva York y Washington DC.
El maratón de Boston, donde hoy era día festivo, es "el más prestigioso del mundo", según los organizadores.
En cuestión de horas, la escena del crimen -resguardada por miembros de la Guardia Nacional- se convirtió en un hervidero de centenares de investigadores y agentes del FBI y de la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, en inglés) policías locales, bomberos, y equipos de emergencia.
Según la Asociación de Atletas de Boston, que organizó el maratón, todos los corredores registrados fueron transportados a un centro establecido para ayudar a las víctimas.
Los consulados de varias embajadas latinoamericanas, entre ellas las de México y Colombia, han dicho que no se han reportado heridos entre sus connacionales.
Varios líderes de ambos partidos del Congreso, entre ellos el demócrata Bennie G. Thompson, advirtieron que lo ocurrido en Boston es un recordatorio de que la amenaza terrorista sigue vigente.
"Este es otro recordatorio de que estamos bajo la amenaza del terrorismo y debemos permanecer alerta. Como dijo el presidente (Obama), encontraremos a los responsables y los llevaremos ante la Justicia", dijo Thompson.