vitoria. El abogado sudafricano reconoce que, tras la expulsión por parte de Noruega de los tres interlocutores de ETA para entablar conversaciones con el Gobierno español, el proceso de paz se encuentra en uno de sus momentos más difíciles.

¿Cedió Noruega a las presiones de España para expulsar a la cúpula de ETA?

No conozco la respuesta.

¿Ha habido canales de comunicación entre ETA y el Gobierno español?

Si habla de lo reciente, de nuevo no conozco la respuesta a esta pregunta.

¿La expulsión de Noruega de la dirección de ETA complica el proceso, impide un final ordenado?

Podría complicar el proceso pero no considero que necesariamente vaya a bloquear un final ordenado.

¿Cómo y quién debe retomar la interlocución con la cúpula de ETA?

Ambos. El Gobierno español y el francés deberían iniciar contactos con ETA tal y como se expone en la Declaración de Aiete. Si hiciesen eso, un nuevo avance sería relativamente rápido y muy sustancial. Me gustaría subrayar que los contactos conforme a lo dispuesto en la Declaración de Aiete no requieren negociaciones con ETA sobre ninguna de las cuestiones políticas sustantivas. Los contactos serían en torno a las consecuencias de la violencia solamente: desarme, presos, exiliados, víctimas y medidas de seguridad.

¿A su juicio, éste es uno de los momentos más difíciles?

En términos de proceso es sin duda un momento difícil. No hace falta decir que en el pasado ha habido momentos muchísimo más difíciles. Por tanto, sigo siendo optimista. Aún así, puedo asegurarle que en el futuro también habrá momentos mucho más difíciles.

¿Hay riesgo de escisión en ETA?

La izquierda abertzale siempre ha sido consciente de ese riesgo, conociendo lo que ocurrió en Irlanda del Norte, y ha hecho todo lo posible, en su propio proceso hacia la creación de Sortu, para asegurar la unanimidad interna. Siempre existe, sin embargo, la posibilidad de que unos pocos individuos se desvinculen si la falta de avances en un proceso de paz se mantiene indefinidamente.

¿Qué le pareció la declaración de Garikoitz Azpiazu 'Txeroki' ante el juez de París lamentando solo los daños colaterales?

Desde mi experiencia en otros procesos de paz, la declaración de lamento de Txeroki sería percibido por él como una concesión muy significativa. Para aquellos que sientan que no fue suficiente, la paciencia y el tiempo reducirán la brecha entre lo que dicen los perpetradores sobre el pasado y lo que las víctimas esperan que digan.

¿Debe la izquierda abertzale explicar por qué durante décadas han alentado una estrategia violenta que ahora ha abandonado?

Espero que en algún punto del futuro todas las partes del conflicto se den cuenta de la necesidad de establecer mecanismos apropiados que permitan a todos los perpetradores y a todas las víctimas participar de tal manera que la historia sea conmemorada con veracidad, lo bueno y lo malo, haya reconocimiento del dolor y daño causados a otros, surja una aceptación de que la perspectiva y la interpretación de la historia del otro lado es tan legítima como la mía propia, y la reconciliación se produzca en la medida en que la diversidad de Euskal Herria se convierta en fortaleza más que en un motivo de conflicto.

La Comisión de Verificación se plantea su disolución en septiembre. ¿Qué significa eso?

Mi opinión es que, según su valoración, ETA ha cumplido completamente con su declaración de alto el fuego. Si esa situación se mantiene hasta septiembre, la Comisión de Verificación puede que concluya que su trabajo ha sido completado.

¿Usted, el GIC, han pensado o piensan en disolverse?

El trabajo del GIC está sujeto al mandato que recibió de los partidos políticos y agentes sociales, con los que se consultó durante 2010. Hasta el momento en que ese mandato se acabe o hasta que el GIC concluya que no hay un compromiso verdadero con un proceso de paz sostenible, continuaremos con nuestro trabajo. Nuestro mandato no está finalizado y, en nuestra valoración, la mayoría de los partidos políticos que representan a la amplia mayoría de la población de Euskal Herria están, sin duda alguna, totalmente comprometidos con un proceso de paz que finalmente resolverá el conflicto político de acuerdo con la voluntad democrática de la mayoría de la población de Euskal Herria.