vitoria. Usted propone avanzar con microacuerdos entre partidos.

Tenemos tendencia de buscar grandes pactos para todo, pero cuando las cosas son tan delicadas y nos pesan tanto las heridas del pasado, es mucho mejor tratar de buscar pequeños acuerdos de calado.

¿Cómo se trabaja para ampliar el consenso cuando hay dos posturas que se excluyen?

Paso a paso. En el pleno del día 14 en el que hubo ese lío que se montó con unas declaraciones y con otras, hubo un microacuerdo que pasó desapercibido para todo el mundo y que tiene calado. El grupo popular, el grupo socialista, el grupo nacionalistas vascos y EH Bildu votaron en una moción un mismo punto que decía más o menos lo siguiente: el Parlamento Vasco se reafirma en la idea de que la paz y la convivencia futura requieren el reconocimiento de la injusticia de la violencia; el reconocimiento del daño causado; la dignidad de las víctimas; y todas ellas merecedoras del derecho a la verdad, la justicia y la reparación. Eso me da mucha esperanza.

No sé si ayuda que la Fiscalía entre a investigar lo que dijo Mintegi.

Cuanto menos se judicialice el juego político, el juego parlamentario, mejor.

Usted ha propuesto crear una especie de mapa del sufrimiento para antes del verano.

Será un informe de constatación de vulneraciones de derechos humanos y lo que pretende hacer es una primera cuantificación y una estructura de categorías de derechos humanos vulnerados sin diluir unas con otras, sin equiparar unas con otras, pero sin excluir ninguna de ellas.

En cuanto a sentar las bases para una paz duradera deben resolverse algunas cuestiones sobre el final de ETA.

Soy partidario de no hacer muchas especulaciones sobre el tema del desarme y estas cuestiones porque pasamos de estar viendo unas semanas titulares que nos dicen que será inminente a la semana siguiente decirnos que es inviable. Yo creo que hay que reconocer que hay dificultades, que hay mucha voluntad, muchos agentes, muchas personas, entidades, tratando de que eso sea posible y tenemos que empujar y conseguir que el desmantelamiento definitivo de ETA como organización armada sea un hecho definitivo.

Hay dificultades en relación con los presos. El Gobierno español ha cerrado incluso la llamada 'vía Nanclares'.

Nos toca a todos recordar que el disfrute de los beneficios penitenciarios no es un privilegio, es un derecho reconocido por ley que corresponde a todos los presos cuando cumplen los requisitos establecidos para ello. Y no podemos hacer de los derechos humanos o del cumplimiento de la ley, un traje que hacemos a la medida de la coyuntura, de los intereses de cada momento, de las circunstancias. En esto hay que ser firme e inequívoco y hay que reclamar que se cumpla la ley en todos estos aspectos. Algo parecido ocurre con la doctrina Parot.

Pero se habla de "ingeniería jurídica" si se deroga la 'doctrina Parot'.

Para defendernos está el sentido común, el principio de legalidad, la defensa de los derechos humanos y la voluntad social mayoritaria.