El Cairo. La explosión de un coche bomba y los nuevos bombardeos y movimientos de tropas gubernamentales certificaron ayer el fracaso de la tregua temporal que las partes habían supuestamente aceptado con motivo de la Fiesta musulmana del Sacrificio.

La violencia continuó en la mayoría del país después de que el viernes, cuando debían haber callado las armas para celebrar la Fiesta del Sacrificio (Aid al Adha), murieran 146 personas, la mayor parte civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Al igual que sucedió el viernes en Damasco, un coche bomba acabó ayer con la vida de al menos cinco personas en la ciudad nororiental de Deir al Zur.

El artefacto estalló en una avenida de la capital de la provincia, cerca del cuartel de la Policía Militar. Tras el atentado, del que nadie se ha responsabilizado, estallaron duros choques entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes, en los que murieron tres agentes de la Policía Militar y otras doce personas resultaron heridas. La oposición denunció que el régimen no solo reanudó ayer sus bombardeos sobre áreas civiles, sino que además aprovechó para movilizar tropas y reforzarse logísticamente en las áreas más disputadas.

"todos éramos pesimistas" "La tregua fracasó antes de comenzar", sentenció el número dos del Ejército Libre Sirio (ELS), Malek Kurdi. "Todos éramos pesimistas, pero es que no se ha cumplido ni lo más básico. Esperábamos que al menos el régimen no utilizara artillería pesada ni la aviación. Si al menos hubieran usado ametralladoras, cohetes, para ocultar al mundo sus verdaderas intenciones... Pero no tienen vergüenza", agregó. Al igual que otros grupos opositores, Kurdi denunció que el Ejército aprovechó para trasladar un convoy de 30 tanques desde Damasco a la ciudad de Maarat al Numan, gran parte de la cual se halla en manos rebeldes.

En esa localidad de la provincia de Idleb (norte) se libraba, al menos hasta el cierre de esta edición, una dura batalla en torno al cuartel militar de Wadi al Deif, que permanece como bastión gubernamental en las afueras pese al asedio de los insurgentes.

Para el lugarteniente rebelde, ahora solo queda esperar la continuación de la lucha, porque "el régimen ya anunció que incendiaría el país y destruiría el Estado, así que proseguirá con su brutal represión", dijo Kurdi. Mientras, los bombardeos gubernamentales se cobraron la vida de al menos ocho personas en la ciudad de Arbin, en la periferia de Damasco, según la OSDH, aunque los también opositores Comités de Coordinación Local elevaron esa cifra a diez. Sin embargo, se teme que pueda haber más víctimas sepultadas bajo los escombros. El Ejército sirio acusó a "grupos terroristas armados" de haber violado el alto el fuego en varias provincias.