Barcelona. El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, afirmó ayer que por primera vez en tres siglos "el pueblo catalán" será llamado a las urnas para "decidir libremente y pacíficamente su futuro como nación" y se comprometió a convocar una consulta en la próxima legislatura.
Tras ser escogido cabeza de lista de CiU para las elecciones del 25-N, durante un Consell Nacional conjunto de CDC y UDC, Mas consideró que en los próximos comicios los catalanes podrán "pronunciarse sobre su futuro como nación" y agregó que, después "nos debemos conjurar para que haya una consulta en los próximos cuatro años". Posteriormente, indicó que se abrirá un proceso que "quizá dure unos cuantos años más", aunque espera que sea "lo más corto posible".
La consulta que propondrá Mas, según subrayó ante el Consell Nacional, debe hacerse "siempre dentro del marco legal, amparándonos en el que existe en el Estado y, si no, probaremos a cambiarlo, y si no, crearemos uno nuevo o pediremos amparo a Europa o al mundo". "Haremos lo que haga falta", advirtió.
Entiende que hay muchas maneras de consultar a un país. "La consulta se hará -repitió- y viviremos momentos de una enorme trascendencia histórica y de una gran repercusión internacional". A su juicio, hay ahora "una parte relativamente importante del mundo que está siguiendo poco o mucho el proceso catalán y más que lo seguirá".
En referencia a otros países como Inglaterra o Canadá, consideró que en casos parecidos "escuchan y negocian de forma educada, aunque no les guste, porque la democracia va primero y, a partir de ahí, buscan soluciones".
Por otra parte, consideró que hay que estar especialmente atentos con aquellos que tienen "miedos y dudas" para acabar configurando "una mayoría social imbatible a favor del derecho a decidir y para que Cataluña tenga lo que tienen todas las naciones, que es un Estado".
En su alocución de casi una hora de duración, Artur Mas dijo, asimismo, que le gustaría que, de vez en cuando, en España aparecieran algunas voces favorables "al derecho a decidir de los catalanes".
Sobre esta apuesta soberanista de su partido aseguró que "no queríamos llegar hasta aquí, pero lamentablemente aquí estamos". Consideró que después de cien años de apuesta catalanista "sincera y honesta" para transformar el Estado, "desgraciadamente comprobamos que sigue habiendo una gran incomprensión respecto a Cataluña, un desconocimiento, ignorancia y menosprecio. Lo constatamos cada día".
Por su parte, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, consideró ayer que a causa del proceso que se ha iniciado en Cataluña tras el 11 de septiembre, tanto PP como PSOE han empezado a mostrar la Constitución "como las Sagradas Escrituras de la democracia española". Sin embargo, se preguntó dónde estaban "cuando se manipulaba la composición del Tribunal Constitucional, cuando se cargaron la sentencia del Estatut o cuando se invaden competencias que son de la Generalitat".
Por su parte, el obispo auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull, aseguró ayer que la iglesia catalana estaría al lado del pueblo catalán si opta de la independencia de España. Taltavull, en declaraciones a Catalunya Radio, precisó que este apoyo de la iglesia catalana a la independencia se produciría siempre que el proceso fuera democrático y pacífico, por lo que la iglesia estaría al lado del pueblo catalán. Taltavull declaró que la Conferencia Episcopal Tarraconense, que agrupa a los obispos catalanes, apoya que se consulte al pueblo catalán sobre su futuro.
La disolución de España El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró que España "no se entiende a sí misma sin Cataluña" por lo que una hipotética independencia de esta región "acabaría con la nación española". En una entrevista a ABC, Gallardón apuntó que lo que propone Cataluña "no es amputar una extremidad, sino disolver la nación" por lo que, a su juicio, "todos los españoles tienen derecho a pronunciarse" porque "cualquier decisión de soberanía no puede ser tomada por una parte, sino por la totalidad del pueblo".