Bilbao. Cuando el lehendakari López convocó el adelanto electoral, la oposición interpretó que arrojaba la toalla para no verse obligado a aplicar recortes ante la caída de la recaudación y para no contradecir, así, su mensaje en contra de los ajustes de Mariano Rajoy. Los socialistas, sin embargo, negaron cualquier catastrofismo, sostuvieron que el desplome fiscal entraba dentro de lo previsto, y justificaron su decisión en que los grandes debates que aguardaban a la CAV debían ser abordados por un nuevo gobierno, y no en un clima preelectoral. Lejos de ese optimismo se sitúa la mayoría de la sociedad vasca. Según la encuesta elaborada por Gizaker para DNA, el 78,6% de los ciudadanos de la CAV cree que el próximo Gobierno Vasco va a tener que aplicar recortes. Solo un 12,4% intuye lo contrario.
El sondeo, que no detalla en qué campos cree la ciudadanía que podrán aplicarse esos ajustes -en gasto social o en el superfluo-, revela, asimismo, que en una situación adversa como la actual sería el PNV el partido que cuenta con las personas “más capacitadas” para afrontar la crisis. Así lo cree el 32,5%, que sitúa a los jeltzales muy por delante de EH Bildu (10,3%), y de PSE (5,4%) y PP (3,1%). Además, el de Sabin Etxea es visto como el partido que mejor podría garantizar las pensiones o las prestaciones sanitarias; y es señalado como su opción electoral por un 33,1% de los encuestados, frente al 21,6% de EH Bildu. Su imagen de favorito se refuerza al preguntar qué formación creen que ganará los comicios. Un 66,5% augura que lo hará el PNV, mientras un 11,7% ve a Laura Mintegi más cerca de Ajuria Enea.
Tampoco resulta desdeñable el 17,6% que, en un contexto marcado por el pesimismo y el descrédito de la clase política, opina que ningún partido dispone de las herramientas necesarias para sacar Euskadi adelante. Igualmente llamativo resulta que PSE y PP hayan quedado fuera de la pugna, ya que casi ningún sondeado cree que vayan a ganar las elecciones -un 2,9% apuesta por el socialismo, y un 1,6% por el PP-, y prácticamente ninguno lo desea -un 9,5% quiere que triunfe Patxi López, y un 3,5% avala a Antonio Basagoiti-. Además, tan solo un 5,4% cree que el PSE cuenta con las personas más capacitadas para afrontar la crisis, mientras en el caso de los populares el porcentaje baja hasta el 3,1%.
la deuda La caída de la recaudación o el abultado endeudamiento en el que ha incurrido López, que hipotecará a su sucesor y le obligará a asumir el pago de los intereses de la deuda contraída esta legislatura, podrían haber pesado a la hora de aventurar que el sucesor del PSE deberá desenvainar la tijera. Los vascos también podrían haberse visto influidos por el contexto de sacralización de la política de recortes a nivel internacional, vista como única salida para el Estado español, Irlanda, Portugal, Grecia o Italia.
Por otra parte, y en cuanto a la gestión, el PNV es señalado como el partido con el que podría garantizarse mejor el actual sistema de pensiones, con un 24,3% de apoyos frente al 14,4% de EH Bildu. El PSE pisa los talones a la coalición, con un 12,6% de respaldos, frente al exiguo 3,2% del PP, que no logra desembarzarse de la sombra de los recortes sociales de Mariano Rajoy.
El dato sobre las pensiones no resultaría anecdótico, si se tiene en cuenta que el debate sobre esas prestaciones ha irrumpido de lleno en la campaña. Los jeltzales han apostado por reclamar el traspaso de la competencia, y por activar complementos para garantizar las pensiones más bajas mientras el Estado siga gestionando esa materia. Los constitucionalistas, por su parte, han rechazado el traspaso propuesto por el PNV al considerar que un sistema de Seguridad Social en una sociedad tan envejecida como la vasca sería deficitario y no contaría con suficientes fondos para mantener esas prestaciones. Su oferta para garantizar las pensiones pasa por que Madrid siga gestionándolas.
Al ser preguntados sobre el partido que mejor lo haría en sanidad, la formación de Iñigo Urkullu vuelve a situarse en cabeza con un 35,4%. EH Bildu se queda en el segundo puesto (16,1%), y los constitucionalistas regresan a la cola, con el 11,8% del PSE y el 2,3% del PP. En este sentido, aunque la coalición de Laura Mintegi siga de cerca al PNV en intención de voto, los jeltzales la superan con mayor holgura a la hora de interrogar a los ciudadanos por la gestión y políticas concretas como sanidad.