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BEN Kramer, de 19 años, está sentado en una mesa repleta de calcomanías de Obama y cuenta entusiasmado qué razones hablan a favor de una reelección del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. "El paquete coyuntural impulsa la economía. La reforma sanitaria les brinda cobertura médica a 30 millones de estadounidenses", dice lleno de expectativas. No es de sorprender, pues es miembro del College Democrats, una agrupación estudiantil que colabora en la campaña electoral del Partido Demócrata. Pero Ben al mismo tiempo sabe que mucha gente observa con escepticismo al presidente.

El furor que causó en 2008 ya es parte del pasado. Muchos jóvenes votantes comenzaron a tener sus dudas al ver que algunas de las promesas electorales de Obama no habían sido llevadas a la práctica. La ex celebridad Amber Lee Ettinger, de 30 años, tampoco se muestra tan enfática como antes.

En 2008 promocionó el programa demócrata como Obama Girl, pero hoy dice tener sus serias dudas. "Todavía no me he decidido. Obama hace mucho, pero no parece ser suficiente", comentó la joven a la revista on line Politico. Hace cuatro años, los jóvenes que votaban por primera vez fueron un gran respaldo para el candidato. Obama despertó en mucha gente de esta edad interés político.

Según el instituto de encuestas Gallup, en 2008 un 78% de los jóvenes de entre 18 y 29 años quería participar en la votación. Este año el panorama ha cambiado: sólo un 58% quiere concurrir a los locales. Uno de los motivos podría ser la duda acerca de si Obama realmente podrá modelar la política de los próximos cuatro años en caso de resultar elegido. Además, el lema de su actual campaña, 'Forward' (Adelante), no parece haber prendido en la población tanto como sus emblemas de 2008, 'Hope' (Esperanza) y 'Change' (Cambio). No obstante, Mary Smith, estudiante de la Universidad de Maryland, cree que Obama es la mejor de las opciones. "Pertenezco a la clase media y debo luchar para financiar mis estudios. Obama nos respalda. Romney, no", opina la joven sobre el candidato republicano, que no cuenta con muchos seguidores en el campus universitario de las inmediaciones de Washington capital. "Romney representa a un cuatro por ciento de la población. No quiero poner mi futuro en sus manos", dice Jasmine Jones, de 19 años.

Andrea Mitran, de 20, describe al candidato republicano como "el prototipo de un hombre rico", y a la hora de juzgar los cambios logrados por Obama opina: "Nadie podría solucionar de inmediato todos nuestros problemas". También hay quienes recuerdan la muerte que se le dio al líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden. "El 11 de septiembre nos traumatizó. Esperábamos desde hacía tiempo la muerte de Bin Laden", comenta David Harvey, de 19 años, también miembro del College Democrat.

Jack Schlossberg, de 19 años, único nieto varón del legendario John F. Kennedy, también respalda al demócrata. Él, estudiante de Yale, dijo a la emisora CNN que el retroceso del respaldo para Obama debe explicarse a través de la falta de cumplimiento de promesas electorales que vieron quienes votaron en 2008 por primera vez. "Seremos la generación con menos participación en estas elecciones", vaticinó el joven, que sin embargo dijo que sería un error abandonar en este momento, ya que el cambio exige paciencia. Pero el rival electoral de Obama, Mitt Romney, también despierta sus simpatías en los jóvenes. Una encuesta del estudio JZ Analytics llegó a la conclusión de que casi un 41% de los jóvenes votantes tiende a darle su respaldo al republicano. La tendencia podría haber sido impulsada por la nominación de Paul Ryan como vicepresidente, político de 42 años y de un aspecto por demás juvenil. Las esperanzas de Obama decayeron. Sin embargo, muchos jóvenes quieren darle una segunda oportunidad. "El cambio no se da en cuatro años. Estoy contenta de poder darle a él mi primer voto", dice Olivia Brown en la Radio Pública Nacional.

Así y todo, la Obamamanía parece ser parte del pasado. Al menos por el momento.