Taipei/Pekín/Tokio. Al menos 75 pesqueros partieron ayer del puerto taiwanés de Suao, ubicado al nordeste de Taiwán, hacia las disputadas islas Diaoyu (llamadas Senkaku en Japón), con la intención de reafirmar sus derechos de pesca y la soberanía taiwanesa, en desafío del control nipón de los islotes.

Las asociaciones de pescadores, organizadoras del evento, manifestaron su protesta por la reciente adquisición de las islas Diaoyu (llamadas Diaoyutai en Taiwán) por parte del gobierno japonés, y no descartaron el desembarcar en algunos de los islotes, en desafío a las patrulleras japonesas. "El mal tiempo reinante no nos desanima en nuestro intento de mostrar nuestra ira ante la nacionalización japonesa de las islas y reafirmar que son nuestras aguas tradicionales de pesca", dijo el jefe del comité organizador del evento, Chen Chu-sheng, antes de partir.

Muchos de los pesqueros isleños llevan pintadas en sus cascos las palabras Las Diaoyutai son nuestras y algunos de los tripulantes dijeron que están dispuestos a acercarse a los islotes y desafiar los límites impuestos por Japón.

Los barcos tienen previsto encontrarse a unas 20 millas náuticas (37,04 kilómetros) al sudoeste de las Diaoyu y luego dividirse en grupos para rodear las islas con el fin de manifestar su mensaje de protesta y de reclamación de derechos pesqueros y soberanía, agregó Chen.

Escoltados por guardacostas Guardacostas taiwaneses escoltan a los pesqueros y no se descarta que se produzcan conflictos con las lanchas patrulleras japonesas, que prohíben que los barcos extranjeros se acerquen a menos de 12 millas náuticas (22,23 kilómetros) de las Diaoyu. Algo que sí consiguieron dos patrulleras chinas de vigilancia que entraron a primera hora de ayer en aguas territoriales de las conflictivas islas, foco de una tensa disputa entre China, Japón y ahora Taiwán y permanecieron allí durante varias horas antes de alejarse, según fuentes de la Guardia Costera nipona.

La "intrusión" de las patrulleras Haijian 66 y Haijian 46 en aguas que Japón considera suyas llevó a la reunión de un equipo de seguimiento en la Oficina del Primer Ministro para estudiar contramedidas, detallaron fuentes oficiales. Se trata de la tercera ocasión en que patrulleras chinas entran en aguas que Japón considera suyas desde el pasado 11 de septiembre, cuando el Gobierno de Tokio adquirió el territorio de tres de las conflictivas islas de manos de su propietario nipón. Ello desató protestas diplomáticas de China y Taiwán -que también reclama el archipiélago- y reavivó el sentimiento antijaponés en China, con una ola de manifestaciones y agresiones contra establecimientos del país vecino.

El archipiélago en disputa está a 250 kilómetros de la costa de China continental, a 200 al oeste del archipiélago japonés de Okinawa y a 140 kilómetrosdel islote taiwanés de Pengjia y se cree que sus aguas podrían contar con grandes recursos marinos y energéticos.

La economía, 'arma letal' Pero el arma más letal contra Japón es la economía y la posibilidad de perder el mercado más grande del mundo. De ahí que una veintena de líderes empresariales japoneses preparan una posible reunión con representantes del Gobierno Chino a partir de hoy, martes, en Pekín. La delegación empresarial que viaja a China incluye al presidente de la Federación de Empresas de Japón, Horimasa Yonekura, además de un alto cargo del grupo automovilístico Toyota y miembros de la organización de amistad Japón-China. La visita estaba programada con anterioridad e iba a contar con una comitiva de 175 personas, pero su tamaño se redujo debido al conflicto.

Consciente de todo ello, el viceministro japonés de Exteriores, Chikao Kawai, viajó ayer a Pekín para reunirse mañana con su homólogo chino, Zhang Zhijun, en un intento de relajar las tirantes relaciones bilaterales, informó una portavoz. El viaje de Kawai, que en principio será de apenas 24 horas, tendrá lugar después de que medios chinos anunciaran el envío a Japón de una delegación diplomática, aunque por ahora las autoridades niponas "no tienen confirmación" de ese viaje.

Situado en el Mar de China Oriental, el disputado archipiélago está integrado por cinco islas principales y tres islotes menores con una superficie de menos de 7 kilómetros cuadrados. Deshabitado desde la II Guerra Mundial, la única construcción en el lugar es un faro vacío en la isla de Uotsuri (Diaoyu Dao para China), la mayor de todas.