Vitoria. El hartazgo de los vecinos de Zabalgana por la falta de cobertura de los equipamientos educativos va en aumento. Un año más decenas de familias con hijos de entre 0 y 2 años se han quedado sin plaza en las escuelas infantiles públicas de este barrio, por lo que arremeten contra las instituciones por su "falta de previsión". Advierten, además, de que el problema se va a ir agravando a medida que se vayan consolidando los sectores de Borinbizkarra, Elejalde y Aldaia.
La queja es generalizada una vez se han conocido los datos de ocupación facilitados por el Ayuntamiento gasteiztarra, que nada más cerrar el periodo de matriculación contabilizó 257 plazas vacías. Sin embargo, la cifra oculta deficiencias importantes en algunos barrios de la ciudad. La concentración de plazas libres se da en las zonas con una menor tasa de natalidad, como Zaramaga y Casco Viejo, mientras que en los barrios con mayor población juvenil encontrar sitio en una escuela infantil puede resultar una verdadera odisea.
Es lo que ocurre en Zabalgana, un barrio cuyo índice de natalidad triplica a la media. "La mayoría de las personas que residen aquí tienen entre 25 y 35 años, existe por lo tanto una evidente falta de planificación", denuncia Mario Calvo, presidente de la asociación vecinal Pasabidea. El colectivo observa con indignación cómo para el curso que viene no ha quedado ninguna plaza libre ni en las aulas 2 años, ni tampoco en las de 0 y 1 años. Es más, las listas de espera acumulan varias decenas de solicitudes.
Las tres escuelas infantiles públicas existentes en el barrio -una municipal y dos pertenecientes al Consorcio Haurreskolak- no son capaces de asimilar la alta demanda existente en este barrio. Esto ha llevado a que las familias se hayan tenido que buscar la vida para que sus hijos queden atendidos durante el tiempo en el que el padre y la madre están trabajando. "Quienes se lo pueden permitir han pagado la matrícula en una escuela privada, pero al resto no le va a quedar más remedio que mandarlo fuera del barrio, a Sansomendi o a Ariznabarra, donde sí han quedado plazas", explica Leyla Martín, de la asociación vecinal Zabalgana Batuz. Calvo, por su parte, recuerda que la falta de infraestructuras educativas está obligando a recuperar las redes familiares tradicionales. "Recurren a los abuelos, e incluso a los vecinos, que se cubren las espaldas unos a otros", explica.
A la espera de que se construya una nueva escuela infantil, la de Mariturri, los colectivos vecinales instan a las instituciones competentes en la materia, es decir, el Ayuntamiento de Vitoria y al Gobierno Vasco, a que tomen medidas de calado que permitan terminar con este problema que lleva arrastrando el barrio prácticamente desde su creación.
En este sentido, demandan una planificación adecuada atendiendo a los estudios poblacionales que se han llevado a cabo durante los últimos años y que, a su juicio, permiten prever la evolución de la demanda. Así, alertan de que en breve el problema se trasladará a los sectores más nuevos como Aldaia, Elejalde y Borinbizkarra. En este último, recuerdan los vecinos, la mayoría de las promociones de vivienda ya han sido entregadas y sigue sin haber nada planificado. "Se va tarde, como siempre", añade Calvo.