Vitoria. El día después de que el Partido Popular trasladara de las palabras a los hechos su ruptura con el Gobierno socialista, el lehendakari comprobó ayer desde la soledad de su bancada minoritaria la presión que deberá soportar un Ejecutivo en vía muerta desde ahora y hasta que decida convocar elecciones.

Tras el revés popular a las intenciones del PSE que supuso la paralización de la ley de Juventud en el pleno del jueves, la sesión de control que ayer albergó la Cámara vasca desveló desde su inicio una tensión a la que gracias al manto protector del PP Patxi López no estaba acostumbrado.

Ni siquiera las dos preguntas incardinas por los propios socialistas en el orden del día para dar un respiro al lehendakari -sobre el superávit registrado en el primer trimestre y el debate acerca de la fiscalidad- evitaron que al secretario general del PSE se le cambiara el gesto ante algunos envites de la oposición, desde donde se atisba, a pesar de las insistentes negativas de Lehendakaritza, una próxima cita con las urnas que como siempre está estrechamente ligada a tonos más severos en las críticas a la labor del Ejecutivo.

De las 22 preguntas e interpelaciones dirigidas tanto al jefe del Ejecutivo autonómico como a los miembros de su equipo, seis correspondían a los populares. La única que tuvo que responder el propio líder socialista vino de la mano del portavoz del PP en el Parlamento, Antón Damborenea, para cuestionarle por la posibilidad de acceso gratuito a las recetas médicas de los desempleados.

López aprovechó el emplazamiento para asegurar que al igual que en el resto del Estado, en Euskadi los parados sin subsidio tampoco deberán rascarse el bolsillo para la compra de fármacos con receta, aunque sostuvo que esta vía no implica que la filosofía del Gobierno Vasco vaya a compartir desde ahora el plan de recortes emprendido desde Madrid.

Y es que el nervio de la pregunta residía en la posibilidad de poner contra las cuerdas a López al compartir una iniciativa de la estrategia de Rajoy, cuando la diferencia en el modo de gestionar la crisis es, precisamente, el valor añadido del modelo Euskadi que López ha acuñado ya como eslogan electoral para los próximos meses. Pero en el otro lado de la moneda para los intereses socialistas, esta brecha con los postulados del Gobierno central también alimenta las críticas que desde su otrora socio preferente recibe el lehendakari.

Damborenea dibujó lo que a buen seguro va a ser el discurso crítico con el Ejecutivo socialista con el que López tendrá que lidiar en los próximos meses, argumentos que el jefe del Ejecutivo autonómico combate confrontando su política gestora frente al modelo de Rajoy y que desde el PP vasco aprovechan para introducir en el campo de las comparaciones otro modelo, el que hundió a Zapatero al final de la anterior legislatura.

Lo que para López es la "técnica del calamar" de la formación conservadora obtiene como respuesta un contundente: "su Gobierno ha dejado de gobernar y no ha hecho nada" desde la bancada popular.

Y mientras ambos dirigentes se enzarzaban en este cara a cara, el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, asumía en rueda de prensa que el rechazo al proyecto socialista de ley de Juventud fue un "toque de atención" al Gobierno Vasco que "entraba dentro de la lógica política y ellos lo saben".

Con el enfrentamiento PSE-PP en su máximo apogeo, el resto de la oposición también sacudió verbalmente con firmeza la labor gubernamental dentro y fuera de la Cámara, desde donde el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, trasladó a López que Euskadi "no está para once meses de campaña", como considera que practica el PSE. Críticas de diferente color y motivo pero que, ahora sí, todos los grupos parlamentarios dirigen hacia la bancada socialista capitaneada por López.

sin nuevos recortes Enmarcado en este ámbito crítico, el portavoz de Ezker Anitza, Mikel Arana, hizo hincapié en los recortes presupuestarios hechos y por hacer en Euskadi para conocer las intenciones de un lehendakari que negó la mayor y aseguró que no deberá recurrir a "ajustes adicionales" para hacer frente a las crisis y evitar que se dispare el déficit como ha ocurrido en otras comunidades autónomas.

López no dejó escapar la ocasión y, otra vez en disputa directa con su exsocio de gobierno, destacó el "susto bochornoso" de las regiones españolas gobernadas por el PP que se presentaban como "las campeonas del control del déficit" y tenían "facturas ocultas en el cajón".

Por el contrario, el líder socialista sacó pecho con la convicción de que "con los datos y la previsión de todo el año no tendremos que hacer más ajustes que los contenidos en el plan de reequilibrio".