VITORIA. Que la más moderna de las armas de mi enemigo acabe protegiendo a mi propia población, además de no ser lo habitual parece contradictorio. Pero no lo es. El más claro ejemplo es lo sucedido el mes pasado en la Franja de Gaza. Las oleadas de misiles lanzadas desde allí a territorio israelí debían ser respondidas, según el mando militar israelí, con una nueva operación Plomo Fundido -nombre de la invasión de Gaza por Israel- que a finales de 2008 y principios de 2009 acabó con la vida de 1.400 palestinos, en su mayoría mujeres y niños. Pero en esta ocasión, tal masacre no se ha producido. El motivo: el éxito del Iron Dome. Los servicios secretos israelíes conocieron de antemano la preparación de la oleada de lanzamientos de misiles y tuvieron tiempo de instalar tres baterías de su Iron Dome (Cúpula de Hierro). Este sofisticado sistema capaz de interceptar los pequeños misiles lanzados desde Gaza contra Israel había sido capaz de interceptar en 2011 hasta el 75% de los cohetes palestinos pero, tras realizar ciertos ajustes, el mes pasado llegaron a obtener un éxito del 90%, e incluso se permitieron la posibilidad de dejar atravesar su cúpula a los que van a caer en zonas desérticas. Y es que cada intercepción cuesta a Israel unos 100.000 dólares -se lanzan dos interceptores contra cada cohete-.
El mando israelí ha dado la orden a sus fuerzas de que si se producen bajas entre la población civil o se hace imposible la vida de los ciudadanos que habitan en el perímetro de la zona de impacto de los cohetes, deben "entrar en Gaza con todos los medios". Pero esta vez no ha sido necesario. El Iron Dome ha sido capaz de detener incluso oleadas de cinco y seis cohetes lanzados al mismo tiempo. Este novedoso sistema, creado por la empresa israelí de armamento Rafael, ha impedido que se diera alguno de los dos supuestos barajados por el alto mando, dándose la paradoja de que este sistema militar israelí ha podido salvar la vida de un alto número de palestinos.
Tanto Alá como Yahveh han podido descansar dejando que la tecnología humana sea, en esta ocasión, la que proteja a sus respectivos pueblos.
Israel ha colocado tres baterías Iron Dome en tres localidades fronterizas con la Franja de Gaza -Ashdod, Ashkelon y Beersheba- y espera contar con una cuarta este verano. Esta batería será costeada con la ayuda de EE.UU. que ha destinado en su presupuesto, un capítulo de 203.8 millones de dólares, a petición del presidente Barack Obama, de dónde saldrá la ayuda. En total, el Ministerio de Defensa considera que harán falta nueve para blindar su territorio, siendo el coste total de la creación, desarrollo e instalación del sistema Iron Dome -el único del mundo capaz de derribar cohetes de pequeño tamaño- cercano a los 1.000 millones de dólares. Washington también asistirá a los otros sofisticados proyectos antimisiles israelíes, Arrow y Kelah David (honda de David).
los tres anillos de Israel La defensa antimisiles israelí consta de los llamados tres anillos. El primero sería el Iron Dome, el segundo el sistema Arrow contra misiles balísticos de largo alcance y el tercero, -en su última fase de desarrollo por la industria armamentística israelí, Rafael- Honda de David, que se situaría entre los dos anteriores.
Pese a la eficacia del sistema, la población de las zonas protegidas debe estar preparada para cualquier eventualidad y seguir al pie de la letra una serie de estrictas normas. Los israelíes que viven a una distancia menor de 40 kilómetros de la Franja de Gaza tienen prohibidas las concentraciones de más de 500 personas. Entre ellos, los habitantes de la zona de Sdeerot deben permanecer siempre a 15 segundos de distancia -a la carrera- de uno de los múltiples refugios. Los de Ashkelon a 30 segundos y los de Ashdod, a 45. En estas circunstancias y pese a su elevado coste en tiempos de crisis económica -de la que no se escapa Israel- estos sistemas de defensa antimisiles están siendo preservados en los presupuestos gubernamentales. Y es que el coste de una nueva invasión a Gaza, tanto económico como de imagen a nivel internacional, sería infinitamente superior.
Además Israel ultima sus defensas ante la posible respuesta iraní al planeado ataque israelí, hecho público por el Pentágono. Aquí el buen funcionamiento de la gran cúpula que proporciona el sistema Arrow y que se basa en un planteamiento similar al Iron Dome, sería decisiva.