Atenas. El líder conservador griego Andonis Samarás, que recibió ayer el encargo de formar Gobierno, tuvo que reconocer pocas horas después que no encuentra apoyos suficientes para cumplir esa misión tras las elecciones del domingo.
Samarás, cuyo partido Nueva Democracia (ND) fue el que más votos consiguió en las elecciones, conversó ayer con los líderes de cuatro formaciones. El resultado: tres noes y un sí condicional a la oferta de formar un Gobierno de coalición.
No se llegó ni a ver con otras dos formaciones: a los neonazis se negó a verles, y la derechista de Griegos Independientes rechazó recibirle.
Nueva Democracia (ND) de Samarás ha recibido 108 escaños (50 de ellos como premio por ser la formación más votada), mientras que el socialdemócrata Pasok, hasta ahora su socio de coalición, se ha hundido hasta quedar con 41 diputados.
El tercer socio Las matemáticas parlamentarias hacen imprescindible contar con un tercer socio para reeditar una coalición de mayoría absoluta como la impopular alianza que ha gobernado Grecia en los últimos cinco meses bajo la dirección del tecnócrata Lukás Papadimos.
El primer contacto fue con la Coalición de Izquierda Radical (Syriza), ganador moral de los comicios, que ha cuadruplicado sus votos y logrado, con sus 52 escaños, sobrepasar al Pasok como segunda fuerza del país. Su líder, Alexis Tsipras, fue meridianamente claro: la política de austeridad dictada por la Unión Europea y aplicadas por ND y el Pasok "esclaviza al país".
"Continuaremos trabajando para que haya un Gobierno de fuerzas principalmente de izquierda para que el país se desligue del memorándum y de la política de los recortes, y para que estas políticas sean reemplazadas por una política de desarrollo", afirmó Tsipras, que hoy recibe el encargo de formar Gobierno.
La oferta de sumarse a un Gobierno tripartito también fue rechazada por el Partido Comunista (26 diputados), una formación que descarta pactar incluso con las otras fuerzas progresistas. También un "no" fue la respuesta de Izquierda Democrática (Dimar), con 19 escaños en el Parlamento de Atenas.
"Izquierda Democrática está a favor de un Gobierno con la máxima legitimidad posible, popular e institucional", dijo el líder de Dimar, Fotis Kuvelis. "Pero un Gobierno así no puede ser un gobierno de coalición entre Nueva Democracia y Pasok, porque ayer fueron castigados con el voto", dijo en referencia a la pérdida de 15 y 30 puntos porcentuales que sufrieron, respectivamente.
La única reacción positiva que recibió Samarás en su ronda de contactos fue la de Evángelos Venizelos, líder del Pasok.
"Para que el país salga de la crisis (...) consideramos necesario que cada fuerza política que se declare proeuropea asuma sus responsabilidades", afirmó el exministro de Finanzas, que condicionó su apoyo a que Syriza y Dimar se unan al proyecto de Gobierno. Ante esa perspectiva, Samarás no esperó a completar el plazo de tres días que le otorga la ley para formar Gobierno sino que, apenas hubo terminado la ronda de contactos, anunció su fracaso.
"Fuimos los primeros en avisar de las consecuencias del programa (de austeridad), fuimos los primeros en decir que podría suponer un riesgo de ingobernabilidad", se excusó Samarás, achacando la pérdida de votos de los partidos tradicionales a los duros recortes aprobados a instancias de por Bruselas.
Por ello, Samarás devolvió al presidente, Karolos Papulias, su mandato para formar Ejecutivo. El jefe del Estado se reunirá hoy con el líder izquierdista Tsipras, a quien encomendará la formación de un gobierno. De momento, Dimar ya se ha mostrado favorable a que Syriza explore esta posibilidad.
"Hemos oído una propuesta de T Si Syriza no logra formar Gobierno, el Pasok será el encargado de hacerlo. Si los socialdemócratas tampoco reúnen el apoyo necesario, el país deberá celebrar nuevas elecciones.