familiares de los presuntos bebés robados se concentraron ayer en Vitoria con el fin de reivindicar que "no se archiven" las denuncias. La protesta celebrada en la plaza de la Virgen Blanca coincidió con el primer aniversario de la entrega de las primeras reclamaciones ante la Fiscalía General del Estado para que se investigaran estos casos.
Las voces de centenares de personas se fundieron al grito de "tenemos derecho a saber la verdad" o "jueces, fiscales, mojaros ya". Los participantes llegaron de distintos puntos de Euskadi para pedir que se agilice el proceso y puedan de una vez confirmar sus sospechas. "Hasta ahora nos han negado todo, no tenemos prácticamente documentación", denunciaba Luis Iraola, que se desplazó hasta Vitoria en uno de los dos autobuses fletados desde Donostia. Cree que su hermano José, nacido en el año 1961 en la clínica Nuestra Señora del Coro, pudo ser robado nada más nacer. A su lado, Benita Urdanpileta, de Tolosa, aprovechó el encuentro para contactar con otros familiares y conocer los pasos a seguir. "Me quitaron uno de mis mellizos y lo voy a denunciar".
La movilización contó también con la presencia de la presidenta de SOS Bebés Robados, Flor Díaz, que reconoció que la plataforma está "desbordada" desde que se conocieron los resultados de las primeras exhumaciones llevadas a cabo en los cementerios vascos, y que han alimentado la sospecha. "Se ha creado una especie de psicosis, están asustados; es demasiada casualidad que en ninguno de ellos hayan encontrado nada", explicaba. Son ya tres las tumbas abiertas en Euskadi -dos en San Sebastián y una en el cementerio Derio- por orden judicial que se han hallado vacías. Las denuncias que en su día pusieron ante la sospecha de que un hijo o una hermano pudiera haber sido robado nada más nacer están empezando a dar resultado. Las primeras exhumaciones apuntan a que pudo existir una trama bien urdida, una suerte de redes de personas que sustraían bebés haciendo creer a los padres que estos habían muerto. Es más, tras meses de investigación, de recabar información y de recoger testimonios, la plataforma SOS Bebés Robados sospecha que los recién nacidos se vendían por más de un millón de pesetas. Una de ellas quizá pudo ser Maite Berenguer, una bilbaína a la que sus padres contaron que era adoptada. "Sin embargo, cuando fui al registro descubrí que era hija legítima, mi vida ha sido un engaño", aseguraba ayer.
Según los datos del Gobierno Vasco, en Euskadi se han abierto ya hasta un total 175 expedientes, 31 de ellos en Álava. Además, otros cuatro casos se han enviado a otras fiscalías y uno se ha archivado. Éste es el único territorio, sin embargo, donde no se ha procedido todavía a ninguna exhumación.
La manifestación celebrada ayer en Vitoria no fue la única de la jornada. Más de 200 personas se reunieron en Madrid ante las puertas de la Fiscalía General del Estado para entregar casi 90.000 firmas para que cese el "archivo masivo" de las denuncias de personas afectadas por el robo de bebés y que se cree una comisión que investigue "a fondo" todas las denuncias. "Que las autoridades busquen las pruebas necesarias y que se reabran todas las denuncias para investigar a fondo", señaló la impulsora de la recogida de firmas Soledad Luque.