vitoria. Es el gran frente de batalla de Equo en Álava. Casi a la vez que la nueva formación se constituía oficialmente en Madrid, el lehendakari López anunciaba desde Estados Unidos la firma de un acuerdo con dos empresas norteamericanas -Heyco y Cambria Europe, ligadas la primera al Tea Party y la segunda al exvicepresidente Dick Cheney- para extraer del subsuelo alavés 184.000 millones de metros cúbicos de gas de pizarra, lo suficiente para abastecer Euskadi durante 60 años, mediante la técnica de la fractura hidráulica, el fracking.

Se trata de inyectar agua a presión en las porosidades de la roca para hacer subir el gas atrapado en estas hendiduras, pero ese agua lleva consigo productos altamente contaminantes que terminarán en el enorme acuífero sobre el que asienta la Llanada alavesa. Desde Equo se denuncia que esos elementos tóxicos, que las empresas extractoras se niegan a dar a conocer, terminarán regando los campos de los agricultores alaveses, causando un problema de salud pública, además de poner en serio riesgo los ecosistemas. Las primeras catas se prevén realizar en Subijana de Álava, en las faldas de los Montes de Vitoria y a escasos centenares de metros del penal de Zaballa, que ya ha degradado la zona de forma irreversible.

"Casi ya dudamos si el viaje del lehendakari fue por aspectos económicos o para acabar de cerrar este proyecto. Son unos cien millones de dólares de los que 60 los ponen las empresas americanas y otros 40 el EVE" explica Mikel Sáez de Vicuña, quien denuncia que "todo se ha hecho por la puerta de atrás, con nocturnidad y alevosía. El trato -continúa- se cerró en marzo de 2010 y la noticia saltó hace un mes, sin plazo para alegaciones y recurso".

batalla legal Equo ha iniciado la batalla legal para evitar que el proyecto salga delante apelando "al principio de precaución", que ha paralizado proyectos de este tipo "en Holanda, Francia y en algunos estados americanos, como Nueva York o Nueva Jersey". En España, sin embargo, la Secretaría de Estado de Cambio Climático ha aprobado las catas que se van a realizar en Subijana -concretamente en la zona de Enara- sin someter el proyecto a una evaluación de impacto ambiental.

Equo reclama que antes de meter las máquinas en Subijana "se espere a que el Instituto de Medio Ambiente americano publique su informe sobre este tema a finales de 2012 y vistas las conclusiones se tome una decisión", pues de seguir adelante el fracking "nos va a hipotecar ambientalmente hasta el punto de contaminar nuestro acuífero, va a ser pan para hoy hambre para mañana". Según Sáez de Vicuña, el proyecto "creará empleo para unos pocos durante diez años, pero luego nos quedaremos sin agua potable, así de sencillo y así de rotundo".

Equo denuncia que desde el Gobierno Vasco se ha emprendido una campaña para hacer llegar a la ciudadanía los beneficios de una inversión que convertiría a Álava en "el Catar vasco", obviando que se trata de la técnica más sucia medio ambientalmente de cuantas han surgido en los últimos años para abastecer la creciente demanda de energía en el planeta.

ecopolítica Equo, que cuenta en Álava con alrededor de ochenta integrantes, nació en octubre como una extensión del Partido Verde europeo en el Estado, donde el tardío advenimiento de la democracia cerró el paso a una tradición política que en otros países del Continente, principalmente Alemania, tiene peso e influencia desde su nacimiento, al calor del mayo del 68.

Una de las premisas que se ha fijado la formación liderada en España por el expresidente de Greenpeace, Juantxo López Uralde, es renunciar a cargarse demasiado de ideología, al menos en el sentido tradicional de término. La ecopolítica admite a la izquierda y a la derecha, afirman sus dirigentes, que han construido cuatro ejes sobre los que desarrollar todo su ideario y su programa electoral.

La equidad social, la democracia, la ecología y los derechos humanos son las bases de un partido que en lo concreto aboga por el consumo responsable, la eficiencia energética, el cierre de las centrales nucleares, las 35 horas semanales, la educación y sanidad públicas y gratuitas, la instauración de una banca pública y de una agencia europea de calificación de riesgos, o el impulso al empleo verde que, según estiman en el partido, puede generar dos millones de puestos de trabajo.

En lo referente a la democracia y los derechos humanos, Equo propone la reestructuración del Senado, la reforma en la elección del Consejo General del Poder Judicial, la regulación de los lobbies, la instauración de una renta social mínima de 500 euros, o la democratización de los partidos políticos.