madrid. El delegado del Frente Polisario en Extremadura, Badadi Benamar, indicó ayer que los secuestradores de los dos cooperantes españoles y una italiana en Tinduf (Argelia) "inicialmente habrían penetrado en Malí", aunque precisó que a día de hoy desconoce "si permanecen en dicho país o están en algún otro punto de la región". "Yo no sé ahora donde están, no puedo decir que están en Malí porque sería un grave error, pero ayer, una parte del territorio donde se está produciendo la persecución es Malí; ahora, que han dejado de estar allí al cabo de una hora, esa es otra cuestión", explicaba Benamar.
Sobre la filiación de los secuestradores y sus supuesta pertenencia a Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), el Polisario evita avanzar ninguna hipótesis porque no dispone de "elementos". "Nuestro embajador en Argel dijo que se cree que sí son, pero nosotros, en honor a la verdad, no podemos acusar a nadie, no podemos anticipar ninguna información para no equivocar a la opinión pública ", indicó.
La prudencia también es la nota predominante en el discurso del Ministerio español de Asuntos Exteriores. Su titular, Trinidad Jiménez, no confirmó ayer que AQMI esté detrás del secuestro y aseguró que los captores no han contactado aún con el Ejecutivo. "Precisamente por trabajar con discreción no queremos especular sobre la autoría. No ha habido ningún grupo que lo reivindique ni tampoco ningún grupo que se haya puesto en contacto con el Gobierno", resumió diciendo que lo avanzado por el Frente Polisario es "una mera especulación y la prudencia nos obliga a no especular".
Jiménez aseguró que "el Gobierno trabaja intensamente" para liberar a Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons, los cooperantes secuestrados en Tinduf, y también a Montserrat Serra y Blanca Thiebault, secuestradas hace diez días en el campamento de refugiados de Dadaab (Kenia), cerca de la frontera con Somalia. Eso sí, no ofreció más detalles sobre las gestiones desplegadas por el Ejecutivo porque, según advirtió, "hay que trabajar con mucha discreción y prudencia", ya que "lo único que nos importa es preservar la integridad de las personas afectadas". La ministra avanzó que ayer mismo se inició una ronda de reuniones con la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de España para "estudiar qué medidas o decisiones" pueden adoptar tras estos hechos.