Madrid. El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, estima una recaudación de cerca de 2.500 millones de euros con la subida de la presión fiscal a los grandes patrimonios y al sector financiero que impulsará si gana el 20-N "Voy a tocar impuestos, concretamente dos que ya tengo decididos que son patrimonio, no el actual que hacia recaer una parte importante sobre las clases medias, sino redefinido porque los grandes patrimonios tienen que pagar, y el impuesto a los bancos", señaló ayer.
En declaraciones a la Cadena Ser, Rubalcaba calculó que el Impuesto sobre el Patrimonio recaudaría cerca de 1.500 millones de euros y el tributo a los bancos unos 1.000 millones de euros, y remarcó que el importe de dichas propuestas, que llevará en su programa electoral, se destinará a la creación de empleo. No obstante, no precisó en qué instrumentos se canalizarán esos fondos para crear empleo y tampoco aventuró una cifra de nuevos puestos de trabajo, insistiendo en que no prometerá nada que no pueda cumplir. "Los números son muy arriesgados, hay que hacer un escenario de crecimiento presupuestario", se justificaba.
Propuestas Asimismo, Pérez Rubalcaba descartó el copago sanitario y abogó por decirle a los españoles "cuánto cuestan los servicios sanitarios, cómo se está pagando el déficit y cuál es la deuda, de modo que se conozca el dinero del que se dispone, con el fin de no recortar la sanidad pública". "Cómo ingresas y cómo gastas es lo que marca la diferencia entre los partidos políticos. A quién le pides el esfuerzo y a quién le dedicas el esfuerzo", argumentó.
En cuanto a educación, el candidato del PSOE aseguró que no la va a tocar. "Con dinero, ya diré de dónde, pero lo voy a decir, voy a hacer un esfuerzo para aclarar a la gente qué ingresos voy a reclamar y qué gastos", ha aseverado.
Comparación Preguntado por el líder del PP, Mariano Rajoy, y por las propuestas que está hilvanando de cara a las elecciones, el candidato socialista reconoció que ambos tienen experiencia en política, pero remarcó que hace falta alguien para conducir "un momento difícil de la historia de España, de Europa y del mundo". "Ya no vale eso de voy a bajar impuestos o voy a subir las becas" sino que los españoles van a exigir que se sepa cómo se van a "pagar las cosas" y que "detrás de cada promesa haya un compromiso presupuestario", que explique "minuciosamente" en qué se van a gastar los impuestos, explicó.