vitoria. La asamblea nacional de Aralar aprobó ayer concurrir a las próximas elecciones generales junto con Bildu tras una intensa cita en la que la mayoría de la militancia acabó refrendando las tesis de la Ejecutiva frente al sector que se ha venido mostrando contrario a esta alianza situando Navarra como principal arena de la discrepancia estratégica.

La formación abertzale llegaba a esta asamblea agitada por las diferentes posturas conocidas durante la última semana sobre las repercusiones que un preacuerdo como el ya alcanzado entre los integrantes de Bildu y Aralar podía tener en el futuro de Nafarroa Bai, de la que la formación que dirige Patxi Zabaleta ha sido alma mater desde su nacimiento, por lo que escuchar la voz de su base se había convertido en un trámite esencial. Y en la que fue asamblea con mayor participación de la historia de Aralar, con 240 asistentes, la militancia habló alto y claro aprobando con un 61,4% la propuesta de suma de fuerzas presentada por la Ejecutiva, que a su vez le había dado luz verde con 11 votos a favor y sólo tres en contra.

nueva oferta Así las cosas, a la espera siempre de que esta decisión sea refrendada en el congreso que Aralar tiene previsto celebrar el próximo día 17, los ciudadanos vascos tendrán ante sí una nueva oferta electoral de cara al 20-N para defender sus intereses en el Congreso y el Senado. Tanto Aralar como los integrantes de Bildu -EA, Alternatiba y miembros de la sensibilidad tradicional de la izquierda abertzale- tienen mucho trabajo por hacer en las próximas semanas para alcanzar un acuerdo concreto que dé cuerpo al "sujeto electoral" que buscan conformar para el 20-N.

Por de pronto, según explicaron ayer en una nota conjunta, han consensuado un objetivo común, "defender los intereses de Euskal Herria como nación en las principales instituciones del Estado". Y lo harán sujetos a tres claves. La primera, desarrollar un trabajo parlamentario que abarque todas las áreas que afecten a los ciudadanos vascos -políticas sociales, medioambientes, de izquierdas y de sostenimiento del Estado del Bienestar- no centrándose únicamente en lo que respecte al derecho a decidir por mucho que su reivindicación vaya a ser una de sus banderas. La segunda, consolidar el nuevo tiempo abierto tras la tregua de ETA en lo que se refiere a pacificación y normalización, para lo que compartirán la defensa del cumplimiento íntegro de los puntos que recoge el Acuerdo de Gernika, que comienza exigiendo a ETA el "definitivo abandono de su actividad armada". La tercera, respetar la "singularidad navarra", lo que quedaría reflejado en un escrupuloso respeto de ésta como ámbito diferenciado y en la configuración de un proyecto que incluso tendrá su propio espacio dentro de esta alianza y se presentará en la comunidad foral con un "nombre propio".

pulso intenso Para el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, el veredicto de su militancia es una noticia "muy positiva" fruto de un debate "plural y enriquecedor".

Pero en la asamblea de ayer también hubo un importante espacio para la discrepancia, que fue intensa y por momentos incluso tensa. Navarra era la clave, y la aprobación de una apuesta conjunta con Bildu pasaba por renunciar a concurrir como NaBai en la comunidad foral tal y como Aralar había venido haciendo desde su fundación; algo que rechazaba un importante sector liderado por el vicecoordinador de la formación, Jon Abril, partidario como las otras dos patas de la coalición, el PNV y los independientes agrupados en torno a Uxue Barkos, de mantener esta apuesta intacta.

El debate fue intenso y el 35% de la militancia que rechazó el acuerdo con Bildu da cuenta del eco de esta postura. Tanto que tras la aprobación de la propuesta de la Ejecutiva, algunos de los críticos más señalados abandonaron la asamblea sin participar del debate de las enmiendas y lamentaron una situación que, a su juicio, deja al partido "tocado" y "dividido" en lo que se refiere a las diferentes opciones estratégicas que ambos sectores defienden respecto a la colaboración con Bildu. Sin embargo, la Ejecutiva considera que el aval recibido es suficientemente claro y significativo, especialmente habiéndose celebrado el debate en suelo navarro, donde las posiciones críticas podían tener toda su fuerza.

El próximo congreso de Aralar será el escenario en el que se terminarán de resolver estas diferencias pero por el momento, según aseguró ayer Zabaleta, el presente y el futuro de NaBai en el Parlamento navarro y los ayuntamientos no se verá afectado por esta decisión, aunque de cara al 20-N, según han adelantado, el PNV y los independientes sigan adelante con esta coalición y se conviertan en rivales electorales de la nueva suma que integrarán Aralar y Bildu, cuya puerta se encargaba ayer mismo de dejar en todo caso abierta de par en par el propio Zabaleta para que estos se incorporen a ella si cambian de opinión.