José Montilla se apartó de la primera línea de la política tras la debacle electoral que el pasado otoño sufrió en las autonómicas de Catalunya. Aquella misma noche electoral anunció que renunciaba a su escaño en el Parlament y a la reelección como presidente del PSC.

barcelona. El expresident de la Generalitat catalana, José Montilla, cerró una etapa tras el varapalo en las urnas. Pasó a un segundo plano y ahora se dedica en cuerpo y alma a trabajar para el Congreso que, en octubre, renovará las caras y los objetivos del PSC, y en el que no se presentará como candidato a presidir el partido de nuevo. Pero eso no le impide aportar su propia visión sobre la política en Catalunya, en el Estado y, también, en Euskadi. Más al contrario, reflexiona sobre todos esos ámbitos.

¿Qué recuerda del último verano que presidió la Generalitat?

La sentencia en contra del Estatut, la respuesta ciudadana frente a ésta, y también el clima preelectoral que ya se respiraba. Fue un verano duro porque era el tercer verano que pasábamos con la crisis económica.

Los ciudadanos contestaron contundentemente a la sentencia del Tribunal Constitucional. ¿El Gobierno catalán estuvo a la altura?

Mi comparecencia horas después de conocer la sentencia fue muy clara y contundente y ya apunté la necesidad de una respuesta ciudadana, que se materializó en forma de manifestación. A algunos sectores de la sociedad catalana les pareció, incluso, excesivo.

Pero la multitudinaria manifestación del 10 de julio no la convocó el Gobierno, lo hizo la entidad Omnium Cultural.

Omnium estaba preparando la manifestación desde hacía seis meses. Tengo la sensación de que algunos incluso deseaban que llegara una sentencia como la que llegó para poder salir a la calle. La iniciativa de la manifestación la tuvo la entidad, pero la manifestación la convocamos los partidos, los sindicatos, y entidades de todo tipo. No fue en absoluto patrimonio de Omnium; si sólo hubieran convocado ellos no habría tenido la repercusión que tuvo.

Con el Estatuto recortado y menos autogobierno ¿qué estrategia debería seguir ahora Catalunya?

Hablemos de menos autogobierno potencial, porque no hay nada que no podamos hacer ahora que sí pudiéramos hacer antes. Algunas expectativas futuras se han podido ver truncadas, pero nada más. La sentencia del Estatuto lo que ha lesionado es la dignidad de Catalunya por la forma como se hizo.

¿Debe quedarse Catalunya con el Estatuto actual?

Debemos continuar con el Estatuto vigente y desarrollar el autogobierno que nos ofrece. Los tiempos no están para embarcarnos en proponer otro estatuto.

El debate sobre el encaje entre Catalunya y España está más latente que nunca.

Catalunya lo que necesita es desarrollar toda la capacidad de autogobierno que nos permite el ordenamiento actual, la Constitución y el Estatuto. Hay que buscar el acuerdo mayoritario entre las instituciones catalanas y las españolas, negociar y entendernos con el Gobierno central. No hay otra vía.

¿Una relación diferente con el Estado y mayor capacidad de decisión de Catalunya permitiría capear la crisis de otra forma?

No podemos ser ni ingenuos ni infantiles: hay cosas en las que nos podemos autogobernar y cosas en las que no. Hay personas que piensan que si fuéramos independientes tendríamos una varita mágica para solucionar los problemas; yo eso no me lo creo.

¿Cuál sería la relación idónea entonces?

El federalismo. Y, de hecho, creo que actualmente, con un manual de derecho en la mano, a lo que más nos parecemos es precisamente a un Estado federal. Es cierto que nos faltan instrumentos de colaboración y cooperación, y una cámara territorial real. Pero el encaje es este, una España más federal y una Europa también más federal.

¿Al PSOE le da miedo abordar este debate?

Es que con el federalismo sufrimos el estigma de lo que fue la experiencia de la primera República. Pero se irá normalizando este término, sin las connotaciones negativas que tiene.

¿Si en Catalunya se solucionase el agravio económico, se acabarían las aspiraciones independentistas?

Hay un independentismo que es más romántico, incluso más étnico. Hay de todo, pero el independentismo en Catalunya es muy minoritario.

Las últimas encuestas presentadas por el CEO apuntan a que un 43% de los catalanes votarían 'sí' a la independencia.

Puede parecer que a nivel de opinión pública esté creciendo, pero el independentismo político está peor que hace cuatro años. Las formaciones que son estrictamente independentistas tienen menos representación en el Parlament de Catalunya.

Su partido hace valer su catalanidad y algunos miembros apuntan a la necesidad de tener un grupo propio en el Congreso de los Diputados.

El grupo propio, ¡qué aburrido! No hemos renunciado a ello, pero no es una prioridad. Cuando teníamos grupo propio votábamos lo mismo que el PSOE. Ahora tenemos influencia sobre las decisiones del partido y con eso hemos conseguido que vuelvan los papeles de Salamanca o que se aprobara el Estatuto de Catalunya.

Tener grupo propio evitaría situaciones como la del pasado mes de mayo, en la que ustedes votaron en contra de devolver el dinero del fondo de competitividad a Catalunya.

En absoluto. Eso habría significado aplaudir a CiU, que no es lo mismo que defender Catalunya. Lo que no haremos es votar con CiU para perder, y luego irnos a casa lamentándonos. Sólo sirve para generar frustración. Entiendo que hay grupos especialistas en llevar iniciativas a Madrid para perderlas, pero nosotros no vamos a hacer eso. Ese papel se lo dejamos a los independentistas o a los que cultivan ese victimismo.

¿Votaron en contra de la devolución del dinero porque fue una propuesta de CiU o porque creían que no era necesaria?

En política hay una cosa que se llama oportunidad. Nosotros presentábamos propuestas de inversión en Catalunya y CiU votaba en contra, y nunca dijimos que hubieran traicionado a los catalanes. Nosotros no estamos obligados a votar ninguna de las propuestas de CiU aunque sean en nombre de la defensa del país.

¿El PSOE está en condiciones de hacer frente a un PP líder en las encuestas?

El PSOE hará frente al margen de cuándo se celebren las elecciones. Esperamos que Mariano Rajoy explique qué va a hacer porque hasta ahora no lo ha hecho. A pesar del contexto complicado lucharemos, porque somos los únicos que podemos evitar que haya un gobierno del PP con mayoría absoluta.

¿Qué opinión le merece que Zapatero haya adelantado las elecciones para el 20 de noviembre?

Estoy convencido que el presidente habrá tomado la decisión atendiendo a los intereses generales. Anunciar la fecha con tiempo elimina incertidumbres y permite terminar con este debate un tanto absurdo sobre el calendario electoral. De hecho, la legislatura ya está en su trecho final. No es muy distinto convocar unos meses antes o después. Ahora sí que Rajoy no tiene ya más excusas. Tendrá que explicar sus propuestas para mejorar la economía del país, si las tiene. Cosa que dudo, francamente. Hasta ahora no le hemos escuchado aportar nada positivo.

Patxi López tampoco goza de la confianza de sus conciudadanos, como demuestran las encuestas. ¿Se puede liderar un proyecto en estas condiciones?

Es fundamental respetar las reglas de la democracia, porque si no se hace, hay arbitrariedad. Si tiene una mayoría en el parlamento está legitimado a continuar.

Tiene un pacto con el PP.

Bueno, pues si lo hacen bien, cuando acabe la legislatura tendrán premio, y, si no, pues les castigarán. Si creen que otro partido puede hacer mejor la gestión es lícito que se hagan a un lado, pero creo que ellos no tienen esta percepción.

Los socialistas han perdido bastiones importantes y simbólicos como Donostia y Barcelona.

Sí. Sin embargo, creo que no hay ninguna ciudad del tamaño de Barcelona que haya tenido el mismo gobierno durante 30 años. En todas partes se producían cambios. De todos modos, no creo que quien ha accedido ahora a estas alcaldías lo haga mejor que los que han salido.

Este otoño tiene el XII congreso del PSC. ¿Qué espera usted de él?

Que sirva para rehacer nuestro proyecto político en un momento complicado porque hemos sufrido unas derrotas electorales importantes. Queremos conectar mejor con los ciudadanos y se ha de producir una renovación y continuidad en la dirección. No se trata de dejar las cosas como están, y la renovación que está asegurada es la del presidente del partido, porque yo no me presento a la reelección. No creo en las soluciones de tabla rasa, no son buenas para ninguna organización.

"El encaje es una España más federal y una Europa también más federal"

"El independentismo político está peor que hace cuatro años; tiene menos representación"

Mientras habla, un café le espera sobre la mesa. Fotos: M. Pérez

"Si Patxi López tiene una mayoría en el Parlamento está legitimado para seguir"

"Somos los únicos que podemos evitar un gobierno del PP con mayoría absoluta"