vitoria. El nerviosismo, la ansiedad, la baja autoestima y, sobretodo, los nuevos modelos de pensamiento social trastocan la vida sexual de los jóvenes de Vitoria y centran las preocupaciones que les llevan a recurrir a los consejos de la Asexoría municipal. Las alteraciones mal asimiladas acaban por desembocar en problemas tales como la anorgasmia, la falta de deseo sexual, la eyaculación precoz o las dificultades vinculadas a la identidad sexual. Los expertos de este servicio de orientación explican que en los últimos tiempos han surgido "nuevas" necesidades con respecto a los planteamientos, dudas e intereses que se dan en el ámbito juvenil con respecto a la sexualidad.
En primer lugar, los responsables de la Asexoría del Ayuntamiento de Vitoria explican que la "infravaloración" de todo lo que se considera masculino y su empleo como sinónimo de "machista" ha provocado que un número creciente de jóvenes del municipio viva mal su masculinidad y ciertas características de lo que supone ser hombre. Esta circunstancia, a pesar de lo que podría pensarse, no redunda en un beneficio de las mujeres, sino que conlleva justo el efecto contrario.
Tal y como revela el equipo de la Asexoría, en su trabajo diario con los jóvenes de la capital alavesa han advertido que este mismo cambio de pensamiento provoca que las chicas también vivan negativamente aquellas características típicamente femeninas, como la menstruación o los ciclos hormonales. En este sentido, apuntan que las mujeres ven como una liberación de un "lastre" las soluciones médicas que ofrecen los anticonceptivos hormonales de última generación, encaminados a la eliminación de la regla y de los citados ciclos.
Los especialistas del servicio municipal observan con "preocupación" ambas circunstancias, surgidas "al abrigo del discurso de la igualdad de sexos. Lejos de cultivar lo que nos hace diferentes, lo estamos problematizando en virtud de un modelo de sexo único", alertan. En esta misma línea, recuerdan que "hemos de tener en cuenta que somos seres sexuados, distintos" y que "etimológicamente, sexo es lo que nos diferencia y en esta diferencia está la riqueza del encuentro".
coitocentrismo El enfrentamiento a las primeras relaciones sexuales también es motivo de agitación para los jóvenes de la capital alavesa, quienes interpretan que lo única que tiene importancia "real" es el primer coito. "Olvidamos que en la vida erótica hay otras muchas primeras veces que tienen la misma importancia", aclaran los expertos. "Esta circunstancia no hace sino acentuar aún más el modelo erótico coitocentrista en el que estamos inmersos", apostillan.
Los chicos no abordan las primeras relaciones coitales de la misma manera que las chicas. Ellos abordan el trance con mayor tranquilidad, sin tener en cuenta que la experiencia les puede marcar en el futuro. Ellas afrontan la situación con muchas más dudas, miedos y ansiedades. Les atenaza la idea de que "si sale mal" pueda llegar a condicionar su vida sexual posterior.
Una parte de las jóvenes se plantean el primer coito como "una pérdida", en referencia a la virginidad, la inocencia y la pureza. "Es un paso que, lejos de producirlas satisfacción personal, lo viven como algo que pierden de forma irrecuperable", amplían los orientadores. Otro grupo de chicas sienten que deben mantener su primera relación de coito "no tanto desde el deseo, sino desde la obligación", como una suerte de tránsito al mundo adulto. Los expertos advierten que "en ambos casos no se tiene en cuenta el propio deseo, algo que se elige, sino que el primer coito se vive como una imposición, como lo que se supone que se debe de hacer".
El arranque de la vida erótica viene acompañado de la primera toma de contacto con los anticonceptivos. Sin embargo, los responsables de la Asexoría apuntan que suele trascurrir un periodo de tiempo, "que puede ir de meses a incluso años", en el que no se hace uso de ninguna medida encaminada a evitar embarazos no deseados.
La longitud de este periodo en blanco, puede variar en función de diversos factores. El primero de ellos es tener o no pareja estable. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, la estabilidad emocional conduce a un mayor empleo de métodos anticonceptivos. Otro factor que pesa en este sentido es la frecuencia de las relaciones. Cuanto menor sea ésta, mayor es el tiempo que trascurre hasta que se comienza a emplear anticonceptivos de forma regular.
La píldora postcoital, cuya accesibilidad entre los menores ha dado lugar a un intenso debate social, también suscita dudas entre el colectivo juvenil gasteiztarra, ya que por una parte les llega la información de que deben usarla en casos de emergencia y, al mismo tiempo, se les comunica que su uso continuado es perjudicial para la salud. "Son muchas las chicas que preguntan si tomar repetidamente la postcoital les puede dejar estériles", explican desde la Asexoría.
Es precisamente esta incertidumbre la que lleva a muchas chicas de la capital alavesa a dejar de tomar la píldora postcoital en casos de reincidencia. "Creemos que en la base de todo esto subyace una mala información sobre este anticonceptivo", alertan desde el servicio municipal. "Son muchas las personas jóvenes que se olvidan de este carácter de emergencia, quizá porque desde las autoriddes sanitarias no se hace demasiado hincapié en este aspecto", agregan.