Madrid. La salida de Alfredo Pérez Rubalcaba del Gobierno para dedicarse en exclusiva a su candidatura a la Presidencia del Gobierno para los próximos comicios, ha llevado a José Luis Rodríguez Zapatero a emprender la novena remodelación de su gabinete desde que llegó a La Moncloa en 2004, que ha supuesto unos cambios mínimos y una apuesta continuista y segura.

Así, Zapatero anunció ayer, en rueda de prensa, que la hasta ahora vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, será la vicepresidenta económica y la número dos del Ejecutivo, y Manuel Chaves, el vicepresidente para Política Territorial. Mientras, José Blanco sumará a su actual responsabilidad al frente del Ministerio de Fomento la de portavoz del Ejecutivo, y Antonio Camacho, número dos del Ministerio del Interior, ocupará el cargo de ministro.

Estos cambios limitados, según Zapatero, significan "simplemente" que el Gobierno "sigue trabajando a pleno rendimiento" y que tiene que trabajar "pisando el acelerador" para hacer frente a la complicada situación económica y financiera, objetivo hoy "más razonable que nunca" dada la inquietud que se aprecia en los mercados.

sorpresa Tras los cambios, Blanco será el encargado de informar los viernes de los acuerdos adoptados en el Consejo de Ministros. Este fue el cambio más imprevisto realizado por Zapatero, ya que todas las quinielas daban por hecho que el puesto de portavoz sería asumido por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui.

En Interior, se confirmó lo que era ya un secreto a voces: que el número dos de Rubalcaba en ese Departamento ascenderá a ministro.

Los retoques en las vicepresidencias han sido mínimos, pero desaparece el orden fijado hasta ahora para ellas y se reducen de tres a dos, por lo que Salgado -hasta ahora vicepresidenta segunda- será vicepresidenta para Asuntos Económicos y Chaves -que era vicepresidente tercero- será vicepresidente para Política Territorial.

No obstante, Zapatero aclaró que, en su ausencia, será Salgado quien presida el Consejo de ministros.

Zapatero, que no despejó las dudas sobre la fecha de las elecciones generales, ha nombrado a Blanco porque, según confesó, tiene en él una confianza "muy "directa" y "muy trabada" desde hace mucho tiempo, lo que, a su juicio, facilitará su nueva tarea como Portavoz. Además, el ministro de Fomento "conoce bien la acción global que el Gobierno está llevando adelante", añadió.

Fuentes del entorno de Blanco señalaron que uno de los motivos de que el ministro, que ha querido mantener el departamento de Fomento, no dirija la campaña de Rubalcaba es precisamente que Zapatero le quería asignar la Portavocía.

trayectoria La elección de Camacho, por su parte, se debe a su "perfil muy adecuado" para la cartera de Interior, toda vez que, tal y como dijo Zapatero, cuenta con una dilatada trayectoria como secretario de Estado de Seguridad en un ministerio que ha cosechado "grandes éxitos" en la lucha contra ETA.

Señaló Zapatero que el nuevo ministro continuará la política antiterrorista de Rubalcaba y en esa "línea de presión" y de "eficacia" que ha dejado a ETA en una situación de "debilidad profunda".

Zapatero dio cuenta al rey de los cambios el pasado miércoles en un despacho ordinario, según señaló.

El jefe del Ejecutivo eludió hablar hasta en tres ocasiones de un eventual adelanto electoral porque, dijo, la prioridad del Ejecutivo es "mantener la estabilidad, ganar la recuperación y crear empleo", un objetivo "tan exigente" que el gabinete no debe pensar en otra cuestión. "El objetivo del Gobierno es trabajar y cumplir sus compromisos", reiteró.

Sí quiso dejar claro que el Gobierno y el PSOE se mueven en dos planos diferentes y que las propuestas avanzadas el sábado por Rubalcaba con quien "lógicamente" sí ha hablado de los cambios, se enmarcan en el programa con el que concurrirá para la próxima legislatura.

"El Gobierno gobierna, es una tarea apremiante en este momento y va a seguir haciéndolo" en interés general, mientras que la tarea del partido es "formular su proyecto político de cara a las próximas elecciones; son espacios que están nítidamente marcados", recalcó.

Rubalcaba avanzó el sábado que los bancos y cajas tendrán que ceder parte de sus beneficios para la creación de empleo y Zapatero recordó que es una propuesta que podría ponerse en marcha una vez culminada la reestructuración y el saneamiento del sistema financiero.

Cada legislatura, incidió, tiene su programa, por lo que a cada Gobierno hay que pedirle que rinda cuentas al final de la legislatura en base al programa con el que la inició.

elecciones Pese a las largas de Zapatero durante todo el día de ayer, algunas voces apuntan a que esta remodelación abona la tesis del adelanto electoral.

Si hubiera habido algún retoque más de lo estrictamente necesario para cubrir las tareas dejadas vacantes por Rubalcaba, sí podría interpretarse como una clara intención delZapatero de agotar la legislatura.

Zapatero sigue insistiendo en que el objetivo es cumplir las metas fijadas hasta fin de mandato, pero desde hace muchas semanas no ha vuelto a citar el mes de marzo como el momento de los comicios.

En el PSOE también se habla ya de que un adelanto electoral podría incluso beneficiar a las expectativas de quien va a estrenarse como cartel socialista.

Aunque está cargada de lógica y razón la recurrente respuesta de que la fecha de las elecciones es competencia de Zapatero, es impensable que la decisión la adopte consultando solo consigo mismo y es previsible que sea consecuencia de un intercambio de opiniones con Alfredo Pérez Rubalcaba.