Madrid. El portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, considera que el anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de no presentarse a la reelección no va a afectar al trabajo parlamentario, y el partido va a "seguir teniendo apoyos" en la Cámara Baja hasta el final de la legislatura. Alonso también insiste en que en su partido "no se va a hablar" de la sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero "a ningún nivel" hasta después de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo.

En la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces, el portavoz insistió en que el PSOE se va a dedicar "en cuerpo y alma" a los comicios, mientras que el grupo parlamentario seguirá en su labor de apoyar al Gobierno para defender los intereses generales y garantizar la estabilidad política, necesaria a su vez para la estabilidad económica. "Justo lo contrario de lo que hace el PP que está actuando con la más absoluta irresponsabilidad por desestabilizar para tratar de llegar al poder cuanto antes", añadió.

CiU y PNV Pese a este discurso, el foco de atención al margen de los socialistas se sitúa, básicamente, en las dos formaciones que pueden garantizar la estabilidad parlamentaria que busca el Gobierno, es decir CiU y el PNV. Los nacionalistas catalanes dejaron ayer claro que no le deben fidelidad a Zapatero y que la moneda de cambio será de carácter económico. Artur Mas, president de Cataluña y líder de los convergentes advertía ayer de que no está dispuesto a "cargarse" el modelo de Estado de bienestar catalán para salvar a cambio al Gobierno central. Mas claro: Cataluña hará "sus deberes" con un recorte presupuestario del 10%, sólo si el Estado hace "los suyos" y paga a la Generalitat los 1.450 millones de euros previstos en el acuerdo de financiación. En caso contrario, podría ser la propia federación la que impulsara una moción de censura contra Zapatero.

Pero tampoco el segundo actor, el PNV, dará su apoyo incondicional al presidente español. El presidente del Euzkadi Buru Batzar, Íñigo Urkullu, mostró ayer su preocupación por que el anuncio de Zapatero de no optar a la reelección "diluya" el ejercicio de responsabilidad del conjunto del Gobierno en una situación económica "gravísima". Además, el mandatario nacionalista advirtió de que el PSOE "corre el riesgo de seguir viviendo en una dinámica del propio partido en lugar de centrarse en atender las necesidades de la ciudadanía".

Lo que está claro es que en caso de discrepancias el PSOE enarbolará el acuerdo que tiene suscrito con PNV y Coalición Canaria por el que ambos grupos se comprometieron a garantizar la "estabilidad institucional, política y económica" en la presente legislatura.

"Lío" y "dedazo" Respecto al principal protagonista de este debate, es decir, Zapatero, la postura de ayer fue la misma adoptada desde el sábado: defender las primarias socialistas como una muestra de democracia interna en contraste con el "dedazo" que impera en el PP. Y lo hizo en sede institucional, en el Senado. Ante los ataques del portavoz popular en la Cámara Alta, Pío García Escudero, advirtiéndolo de que la gente está "harta" de él y de sus "líos internos" e instarle a "irse del todo" para dar la palabra a los ciudadanos, el presidente respondió: "Ese discurso pone de manifiesto la concepción de la democracia que tienen ustedes, que "llaman lío" a un proceso de libre elección entre militantes de un dirigente político".