Abiyán. Las tropas del presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, pasaron ayer a la acción y atacaron una patrulla de la ONU, tras resistir el viernes el acoso de las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI), leales a Alassane Ouattara, reconocido vencedor de los comicios presidenciales del pasado noviembre.

El comando de la Misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI), que no sufrió bajas, se vio obligado a responder y alcanzó a cinco integrantes de las fuerzas especiales del presidente saliente, según informó la ONUCI.

Su portavoz, Hamadoun Touré, dijo que desconocía si los milicianos favorables a Gbagbo alcanzados por los Cascos Azules habían fallecido a causa de sus réplicas: "La patrulla (de la ONUCI) no se detuvo. Continuó su camino".

Touré recalcó la actitud imparcial de los Cascos Azules y su voluntad de evitar cualquier enfrentamiento con las fuerzas marfileñas del bando que sean, pero aseguró que responderían si son atacados, en función al capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas.

El incidente tuvo lugar después de que seguidores de Gbagbo alentaran, a través de un comunicado emitido en la televisión pública de Costa de Marfil (RTI), a la movilización de sus tropas "para proteger las instituciones de la República".

El texto, leído por un soldado leal a Gbagbo en presencia de ocho uniformados, afirmaba que sus posiciones fueron atacadas ayer "por hordas de mercenarios apoyados por los efectivos de la Misión de la ONU en Costa de Marfil (ONUCI) y de la operación francesa Licorne".

El militar alertó de la necesidad de que "soldados de las Fuerzas Armadas" se unieran a sus unidades en Abiyán, que soportaron ayer el tercer día de ofensiva militar en la segunda ciudad del país por parte de las FRCI.

El bando de Ouattara acusó a "las milicias y mercenarios de el presidente saliente" de haber "ocupado ilegalmente la residencia oficial del jefe del Estado".

Las calles de Abiyán continúan desiertas por el éxodo masivo de marfileños en busca de zonas libres de conflicto y por el reinicio de las hostilidades en las inmediaciones del Palacio Presidencial y de la Gendarmería de Agban entre los bandos de Gbagbo y Ouattara.

Sin embargo, la victoria de Ouattara es cuestión de tiempo, según su portavoz, Oulotto Anne-Désirée: "El Presidente de la República os pide que esperéis solo unas horas y el país será totalmente liberado", dijo ayer en un comunicado televisado.

La operación francesa Licorne y la ONUCI siguen sus maniobras de vigilancia, esta última desplegó tres helicópteros que sobrevuelan el barrio de Angré para evitar saqueos.

La Cruz Roja informó de la pérdida de centenares de vidas durante esta última semana en la ciudad occidental marfileña de Duékoué y cifró en 800 el número de fallecimientos durante el martes, mientras que la ONUCI indicó que, entre el lunes y el miércoles pasado, hubo 330 víctimas.

Mientras que la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) a través de un comunicado difundido desde París cifró también en 800 el número de muertos y denunció "las ejecuciones sumarias, matanzas y actos de pillaje."

Desde el exterior, no cesan las presiones para que Gbagbo ceda el poder. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se unió el viernes a las presiones de la Unión Africana, la Unión Europea y la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO).

Costa de Marfil se encuentra al borde de una guerra civil después de que Gbagbo, elegido presidente en 2000 para cinco años y que prolongó otros cinco su mandato debido al conflicto marfileño entre 2002 a 2007, no aceptara su derrota frente a Ouattara en la segunda ronda de los comicios presidenciales del pasado 28 de noviembre.