vitoria. Se calcula que en torno a un tercio de la población alavesa consume alcohol a diario, una cifra bastante elevada si se compara con los territorios vecinos. Salir de poteo o tomar unas copas por la noche ha sido siempre una tradición muy arraigada en Álava, donde el vino, la cerveza o los licores están unidos irremediablemente a una forma de socializarse.

A los peligros que puede acarrear el consumo abusivo de bebidas sobre la salud se unen ahora las nuevas formas de ocio, como el botellón, que pueden estar causando graves perjuicios entre los adolescentes. Las causas no están demasiado claras, pero lo cierto es que cada vez son más jóvenes las personas que piden ayuda para dejar de beber.

Así lo han constatado al menos en la asociación Alcohólicos Anónimos de Arana, uno de los cuatro grupos que operan en Álava y que acaba de cumplir 30 años desde su creación. En su sede de la calle Andalucía observan con cierta inquietud la corta edad de las personas que se interesan por el trabajo que desempeña el grupo. "Hemos tenido recientemente chavalas de 23 y 24 años que ya han tocado fondo", explica Carlota.

Entre quienes llevan años ligados a la asociación, existen diferentes opiniones sobre por qué se puede estar dando esta situación. "Quizá sean los nuevos hábitos de consumo, pero aquí siempre se ha bebido, entonces tengo mis dudas", apunta David. Otro de los motivos puede ser que entre los jóvenes, y especialmente entre las chicas, haya desaparecido en parte el miedo a confesar que tienen un problema con el alcohol. "Cuando yo era joven, que una mujer bebiera estaba muy mal visto. Ahora se han empezado a superar algunas barreras", añade Carlota.

En la actualidad cerca de 60 personas acuden semanalmente a los locales de Alcohólicos Anónimos de Vitoria para tratar de superar la dependencia a la bebida. El único requisito para ser partícipe de esta asociación es el deseo de dejar de beber, ni siquiera tienen que demostrar que han olvidado el alcohol. Los participantes comparten sus experiencias y transmiten ideas como que "si no se toma la primera copa, no se puede uno emborrachar". Asimismo, aprenden a no ponerse metas a largo plazo y a sustituirlas por otras de plazos más cortos. "Cualquier alcohólico puede pasar 24 horas sin tomar esa primera copa", aseguran desde la asociación. Los miembros asisten a reuniones con cierta regularidad, para estar en contacto con otros miembros, y para aprender a aplicar mejor el llamado Programa de Recuperación, que "ayuda al alcohólico a poner en orden sus pensamientos confusos y a deshacerse de la carga de negatividad de sus sentimientos", según recuerdan.

perfil de los alcohólicos Por lo general, los grupos de Alcohólicos Anónimos suelen estar formados por hombres. Normalmente la edad media suele situarse en los 48 años, aunque la franja de edad va desde los 41 a los 60. El número de menores de 26 años que recurre a la ayuda de esta asociación ha disminuido en los últimos años, si bien es cierto que, como se ha explicado anteriormente, cada vez se detectan casos de gente más joven que participa en este tipo de grupos, aunque no suelen durar demasiado tiempo.

La gran mayoría de los miembros de la asociación trabaja. En concreto, el 68% asegura estar laboralmente en activo, el 10% se encuentra en desempleo, el 10% trabaja en el hogar, el 12% está jubilado y apenas un 1% estudia. La ocupación más frecuente es la de empleados (25%), seguida de profesionales (105), obreros (10%) y trabajadores autónomos (10%).

Respecto a la regularidad con la que asisten a las reuniones, lo más frecuente es que acudan dos veces por semana. Así lo hace al menos el 45,7% de los miembros de Alcohólicos Anónimos, frente a un 33% que opta por participar en el grupo todos o casi todos los días. "Sumando ambos porcentajes, se puede afirmar que casi ocho de cada diez miembros acuden frecuentemente a las reuniones", añaden.