Vitoria. La reforma del Código Penal y el endurecimiento de la Ley de Tráfico tienen un objetivo claro: reducir la siniestralidad en la carretera, una meta que, a juicio de los conductores vascos, se está logrando por la vía coercitiva. Sin embargo, pese a las importantes consecuencias, tanto monetarias como penales que representa en la actualidad infringir las normas, todavía hay muchos conductores que se la juegan literalmente al ponerse al volante. El 42% de las infracciones que se imponen tiene que ver con el gusto por pisar el acelerador más allá de lo permitido y, sorprendentemente, un 12% de los automovilistas es sancionado por hablar por el teléfono móvil.

El placer que muchos conductores experimentan al exprimir las prestaciones de su vehículo les lleva a perder puntos del carné, dinero y en muchas ocasiones el permiso de conducir de forma temporal. Algunos, incluso, acaban viéndose obligados a realizar trabajos en beneficio de la comunidad cuando el exceso de velocidad que protagonizan es tal que acaba conduciéndoles ante el juez. Más del 10% de los titulares del permiso B -turismos- y alrededor de un 6% de los poseedores de un carné del tipo A -motocicletas- residentes en la CAV han sufrido accidentes o sido sancionados desde la entrada en vigor del carné por puntos. Y casi la mitad, más de cuatro de cada 10, lo han hecho por correr demasiado.

A pesar de los avances tecnológicos y de la relativa democratización de los precios de los manos libres, las multas por hablar por el teléfono móvil mientras se conduce se sitúan en el segundo lugar de la lista de infracciones a conductores con un 12% de las sanciones.

Parece ser que las campañas sobre la peligrosidad de conducir bajo los efectos del alcohol y los numerosos controles de alcoholemia que la Ertzaintza y las distintas policías municipales de la CAV despliegan por la geografía vasca cada fin de semana, han cumplido su misión. Sólo el 9% de las infracciones impuestas corresponden a esta tipología de infracción. En este sentido es importante recordar que tras la última reforma normativa dar, por ejemplo, un positivo de 0,35 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, cuando el límite es de 0,25, conlleva una multa económica de 500 euros, que con reducción del 50% se queda en 250, y la pérdida de cuatro puntos. Otro 7% obedece a multas por pilotar motocicletas sin llevar puesto el preceptivo casco o turismos sin tener abrochado el obligatorio cinturón de seguridad.

Pese a llevar varios años en funcionamiento, concretamente desde el 1 de julio de 2006, todavía hay muchos conductores en la CAV, que desconocen el saldo inicial del carné por puntos. Un 30,6% no sabe que es de 12 puntos en el caso de los conductores experimentados y 8 en el de los noveles. Lo que sí parecen tener claro los automovilistas vascos es que la progresiva rigidez de la normativa tiene una traducción efectiva sobre el asfalto. El 83,3% asegura haber percibido un cambio de comportamiento en la mayoría de los usuarios de la vía, que ahora se manejan con mayor respeto y diligencia.

Esta última afirmación contrasta ligeramente con la apreciación de la efectividad del sistema por puntos que tienen los conductores de la CAV con respecto a los del resto del Estado. Mientras que en Euskadi la puntuación media obtenida sobre la valoración de la reducción de la mortalidad desde la llegada del nuevo permiso es de 6,90 puntos sobre 10, en el resto de las comunidades asciende a 7,31 puntos.

escepticismo Aunque las valoraciones emitidas por los automovilistas de la CAV a la hora de medir las repercusiones del carné por puntos son, en general, buenas, sí que resultan algo más escépticas que las proporcionadas por el resto de conductores del Estado. Valoran algo más negativamente el nuevo permiso -6,27 puntos sobre 10 frente a 6,89-, están menos a favor de este sistema -6,67 frente a 7,41 puntos- y piensan que les va a afectar más negativamente tanto a título personal -5,98 frente a 6,73 puntos- como al colectivo global de conductores -6,67 frente a 7,07 puntos-.

Los responsables de la Dirección General de Tráfico destacan, no obstante, el aspecto positivo de estas valoraciones que, "pese a ser ligeramente más bajas que en el resto del Estado, no han llegado en ningún caso a ser inferiores a los cinco puntos en una escala de diez".

También se han observado diferencias entre los conductores vascos y los del resto de comunidades autónomas a la hora de evaluar la filosofía asociada a la implantación del nuevo carné. Consideran que el sistema se dirige en menor medida a apartar de la circulación a los conductores más peligrosos -7,76 frente a 8,53 puntos- y tampoco tienen tanta fe como el resto en que sirva para concienciar a los conductores sobre el problema social que representan los accidentes de tráfico.

42%

l Exceso de velocidad. El 42% de las denuncias tramitadas desde la implantación del carné por puntos obedece a la tipología de exceso de velocidad. Infracciones consideradas graves o muy graves en función de la velocidad alcanzada y que pueden suponer hasta 600 euros de multa.

l Móviles y GPS. Hablar por el teléfono móvil o configurar el GPS mientras se conduce son dos de las principales causas de distracción al volante, factor que estuvo presente en el 38% de los accidentes registrados el año pasado. Un vehículo que circula a 120 kilómetros por hora, recorre en 3 segundos 100 metros. Según diversos estudios, el uso del móvil mientras se conduce multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente y su riesgo puede ser equiparable a la conducción por exceso de alcohol. l Accidentes en Álava. A lo largo de 2009, dentro de la provincia de Álava se registraron 694 accidentes, de los cuales 16 presentaron víctimas mortales. En total, durante todo el año pasado se produjeron 1.008 heridos y 20 muertos en diferentes siniestros dentro del territorio histórico. 517 de estos accidentes tuvieron lugar en carretera y otros 511 dentro de áreas urbanas, según el último anuario estadístico de accidentes facilitado por la Dirección General de Tráfico. l Siniestralidad por meses. Las estadísticas elaboradas por la DGT muestran un reparto equitativo de la siniestralidad a lo largo de los diferentes meses, aunque existen leves diferencias. Junio, con más de 11.600 siniestros, se destacó como el más peligroso, si bien la diferencia con el más tranquilo, febrero, es mínima, ya que en este mes se registraron 9.637. El día de la semana con más accidentes fue, estadísticamente, el viernes.