Washington. EEUU concluirá su misión de combate en Irak a finales de agosto, confirmó ayer el presidente Barack Obama, pero "el sacrificio no termina", dijo ante miles de veteranos ahora discapacitados. "Mantendremos en Irak una fuerza de transición hasta que retiremos a todos nuestros soldados a fin del año próximo", explicó ante las 2.000 personas que lo recibieron con aplausos en la Convención Nacional de Veteranos Discapacitados.

El presidente recordó que, como candidato a la presidencia, en 2008, prometio que llevaría la guerra en Irak a "un fin responsable" y que poco después de iniciar su mandato anunció una nueva estrategia que incluía el paso de las responsabilidades al Gobierno iraquí. Según la Administración Obama, éste cuenta con unos 665.000 soldados y policías que han asumido la seguridad del país desde junio de 2009, cuando las fuerzas militares de EEUU empezaron a replegarse de las ciudades.

EEUU invadió Irak en marzo de 2003, derrocó el régimen del presidente Saddam Hussein, y se ha enfrentado a una insurgencia que le ha costado más de 4.000 soldados muertos, más de 30.000 heridos y más de 736.000 millones de dólares. Hasta ahora, más de un millón de estadounidenses han participado en la guerra de Irak.

Obama afirmó también que la violencia en Irak "se encuentra casi en los niveles más bajos que se han registrado en varios años". El Gobierno de Irak, no obstante, divulgó el sábado pasado cifras según las cuales julio fue el mes con más muertes de civiles por la violencia desde mayo de 2008. Los mandos militares estadounidenses rebajaron el número a menos de la mitad, en un comunicado en el que cifran los muertos por "acciones enemigas" en 222, incluidos 161 civiles, lo que supondría un récord de mínimas bajas civiles desde enero de 2008.

sacrificio Los aproximadamente 50.000 soldados que permanecerán en Irak después del 31 de agosto estarán dedicados al apoyo y la instrucción de las fuerzas de seguridad iraquíes. Cuando Obama llegó a la Casa Blanca en enero de 2009 había en Irak unos 150.000 soldados estadounidenses. "No se equivoquen. Nuestro compromiso en Irak va a cambiar de un esfuerzo militar encabezado por nuestras tropas a un esfuerzo civil encabezado por nuestros diplomáticos", señaló el presidente, quien subrayó que "la cruda realidad es que aún no vemos el final del sacrificio estadounidense en Irak".

Las misiones encomendadas a los efectivos que permanecerán en Irak, dijo el presidente Obama, incluyen la "lucha contra el terrorismo y la protección de nuestros esfuerzos civiles y militares". "Estas son tareas peligrosas", añadió el presidente, quien subrayó que "ya hemos cerrado cientos de bases en Irak o las hemos transferido a los iraquíes. Estamos retirando millones de piezas de equipo en una de las operaciones logísticas más grandes que se hayan visto en décadas". Según la Casa Blanca, en junio de 2009 las fuerzas estadounidenses ocupaban 357 bases en Irak, y ahora 121, que bajarán a 94 a fin de agosto.

Obama dijo que a fin de agosto su Gobierno "habrá traído a casa más de 90.000 soldados desde Irak". En el mismo periodo Obama ha incrementado el contingente en Afganistán de 30.000 a 90.000 soldados, y buena parte de los equipos que en Irak no se entreguen a las fuerzas iraquíes se despacharán para las tropas de EEUU en la guerra afgana.