FILIPINAS. Sobre las 10.30 hora local (02.30 GMT), una bomba estalló delante de una iglesia católica y junto a la casa de un juez en Isabela, en la isla de Basilán, a unos mil kilómetros al sur de Manila, según el jefe de la Policía Antonio Mendoza.
Allí, los supuestos autores materiales del ataque libraron un tiroteo con las fuerzas de seguridad y mataron a siete personas antes de huir hacia las montañas, según la misma fuente. En total, en la explosión del artefacto y el posterior tiroteo murieron tres soldados, dos policías y cuatro civiles, añadió Mendoza.
El jefe del mando de Mindanao Occidental del Ejército filipino, general Mohamed ben Dolorfino, indicó que los asaltantes llevaban uniformes de militares y la Policía e incendiaron un vehículo además de disparar a la multitud.
Poco antes, un primer artefacto había sido detonado en la vecina Zamboanga, sin causar heridos, según Mendoza.
Por el momento, la Policía no apunta a la autoría de ningún grupo en concreto, aunque en esta zona operan los rebeldes musulmanes del Frente Moro de Liberación Islámica y los terroristas de Abu Sayyaf.
El sur de la isla filipina de Mindanao es uno de los lugares más peligrosos de Asia debido a que a la actividad de estas organizaciones se une la proliferación de asesinatos por encargo y secuestros, ahora más frecuentes por la cercanía de las elecciones del próximo 10 de mayo.