El único delito que hemos cometido es hacer un periódico en euskera". Un diario, el único elaborado íntegramente en euskera, que fue clausurado hará el próximo 20 de febrero siete años, el mismo tiempo que llevan soportando los cinco imputados en el sumario principal del caso Egunkaria para poder pasar página a este largo y tortuoso proceso judicial que nunca debió comenzar. Pese a estos siete años de desgaste personal y familiar, duras secuelas y un coste económico importante, Iñaki Uria, Xabier Oleaga, Txema Auzmendi, Martxelo Otamendi y Joan Mari Torrealdai guardan aún fuerzas para defender su inocencia una vez más -y con la esperanza de que ésta sea la última- ante la Audiencia Nacional.
Los cinco ex directivos del periódico euskaldun acuden mañana a Madrid con la conciencia absolutamente tranquila y el convencimiento de que la operación policial y judicial contra Egunkaria fue un error que a estas alturas sólo se puede reparar con una absolución general.
El clausurado Euskaldunon Egunkaria ya no resucitará, -aunque nacieron otros proyectos, como Berria- y, las secuelas y el daño personal de los imputados, sobre todo, de quienes denunciaron haber sufrido torturas y pasaron varios meses en prisión, permanecerá de por vida en su memoria.
Ahora, a escasas horas de que comience la vista oral, confiesan las "ganas de que termine todo". "Tantos años de espera desgastan muchísimo y el propio proceso judicial te aparta de tu vida normal, de tu carrera, supone un corte radical", explica Iñaki Uria, que resume sus sentimientos en la célebre frase: "Hemos perdido la inocencia".
Xabier Oleaga, otro de los procesados coincide con Uria en el desgaste personal que han supuesto estos años, pero también familiar, puntualiza: "Siete años de incógnita e incertidumbre desgasta mentalmente, pero no sólo a uno mismo, también a la familia, a los hijos, porque no puedes hacer ningún plan ni vital, ni profesional a medio o largo plazo, con un horizonte tan incierto".
Un horizonte que produce vértigo, "saber que con una cierta edad pueden caer sobre ti 14 o 15 años de cárcel es algo que pesa mucho", y que los procesados han tratado de sobrellevar con el apoyo de familiares, amigos y la sociedad en general.
muestras de agradecimiento
Un apoyo "amplio y plural"
"Nos sentimos afortunados de haber recibido un apoyo tan amplio y plural del conjunto de la sociedad vasca", destaca Oleaga con cierta nostalgia de lo que fue Egunkaria, un proyecto, "susceptible de ser discutido, como cualquier otro proyecto social o mediático", pero indudablemente "muy abierto".
De hecho, el cierre del periódico por orden del juez Juan del Olmo generó una enorme ola de solidaridad, reflejada en la histórica y masiva manifestación que se celebró en la capital guipuzcoana y las innumerables muestras de apoyo por parte de los distintos agentes sociales y culturales, institucionales, políticos y sindicales, no sólo de Euskal Herria, sino también de Cataluña y otras partes del Estado y fuera del Estado español. "Cuando cerraron Egunkaria tocaron la fibra de la sociedad vasca, porque no se trataba sólo del periódico, se estaba poniendo en entredicho el euskera, la cultura vasca", recuerda Uria.
Todos los procesados en el caso Egunkaria agradecen enormemente todas y cada una de las muestras de calor y ánimo recibidas a lo largo de estos siete años. Apoyo que también se ha traducido en colaboraciones económicas. Y es que este largo proceso judicial también está suponiendo un importante coste económico (pago de los abogados, viajes a Madrid, etc.) para los imputados y sus familias. Coste que se convierte en un mal menor en comparación con las secuelas personales que sufrirán de por vida. En este sentido, Xabier Oleaga e Iñaki Uria recuerdan, como si fuera ayer, los cinco días de incomunicación, las torturas y los meses que estuvieron en prisión. "Desde entonces, no somos los mismos, aparecen miedos y agobios que posiblemente sin haber pasado por una experiencia así de traumática no existirían", explica Oleaga.
Pese a todo, miran hacia adelante y el futuro más inmediato es mañana en la Audiencia Nacional, a la que acuden "con la seguridad de que no hemos hecho nada", recalcan. Aún así, no se atreven a hacer ningún diagnóstico por precedentes como el del macrosumario 18/98 y muestran sus recelos hacia un tribunal que ya les ha condenado durante siete años de su vida sin juicio previo. Y en cuanto al periódico Egunkaria, concluyen, "la justicia ya no es posible".