Los dueños del bar, Mónica Crespo y Miguel Ángel Molinero, hancoincidido en resaltar que en su establecimiento no se desarrollabanreuniones de ningún grupo opositor al alcalde, y de hecho han recalcadoque en el pueblo no existía un grupo organizado con tal fin, sino unaasociación cultural dedicaba a la recuperación de cuevas u organizaciónde excursiones.

Mónica Crespo, preguntada por el momento en que se enteró de la muertedel alcalde, ha dicho que se encontraba en el bar, donde también habíavarios cazadores, y ha insistido en que "es mentira" que allí hubierarisas o jolgorio al conocer la trágica noticia, tal y como afirmó en lasesión de ayer otro testigo.

Ha reconocido tener problemas con el alcalde, pero siempre por motivosde gestión municipal, como la tasa establecida por el Ayuntamiento paracada mesa de la terraza de su bar, y ha comentado que al conocer ladesaparición del edil y que el médico vasco Iñaki Bidegaín había vistosu coche la noche anterior, porque su mujer se lo contó, se acercó a unagente de la Guardia Civil y se lo dijo.

Su marido, Miguel Ángel Molinero, ha reiterado que en suestablecimiento "no se celebró nada" el día en que se enteraron de lamuerte de Miguel Grima, con quien al llegar al pueblo tenían una "buenarelación de amistad" pero que con el tiempo "se fue deteriorando".

Ha dicho que el único acusado, Santiago Mainar, y el alcalde teníanproblemas judiciales, pero ha recalcado que nunca oyó amenazas porparte del guarda forestal, una afirmación con la que ha coincidido otrotestigo, el ganadero José Alberto Aznar, quien además ha comentado queen el bar, aunque entraba poco, siempre se criticaba la gestión deMiguel Grima. "Yo también", ha dicho, ya que le prohibió pasar con suganado por el pueblo.

Respecto a las amenazas de las que era objeto el alcalde, la testigoInmaculada Guallar, dueña de una gasolinera, ha explicado que oyó a uncazador llamado Juan Carlos decir, textualmente, que "tenía que pegarlecuatro tiros al alcalde de Fago y tirarlo al barranco", y a otros que"había que cargarse" al edil.

"HACÍA SU VIDA"

A preguntas del abogado de la defensa, Marcos García-Montes, harespondido que nunca oyó amenazas contra el alcalde por parte deSantiago Mainar, una persona que "hacía su vida" y siempre estabametido en "sus cosas", según el cazador Ernesto Barcos, que también hadeclarado en la jornada de hoy.

Otra de las personas que ha testificado hoy, y que tuvo problemas conMiguel Grima, ya que no la quería empadronar en el pueblo, es MónicaLiliana Barcos, quien ha explicado que en Fago había "problemasvecinales, no personales", pero ha hecho referencia a un verano en elque hubo muchos problemas: aparecían coches rayados o con ácido en laspuertas e incluso se colocaban chinchetas en las ruedas de losvehículos.

Ha calificado a Grima de persona poco sociable y ha dicho que nuncallegaron a intimar, y respecto a su actitud en los plenos delAyuntamiento, que eran "agresivos", ha apuntado que siempre hacíacomentarios despectivos a las personas que no estaban de su parte eincluso vertía insultos contra ellas, como "barriobajeras".

A su juicio, Grima tenía "buenas ideas para el pueblo", pero "se equivocaba en las formas".

La vista oral por el asesinato del alcalde de Fago continuará el lunes,23 de noviembre, con la declaración de otras 27 personas, la mayoría deellas contrarias a la gestión del edil.