La edad de inicio del alcohol en Álava se sitúa entre los que tienen 15 años o menos (34,5%), aunque, por fortuna, la segunda franja de edad más abundante en este territorio a la hora de adentrarse en él, una de las adicciones que sigue estando socialmente bien vista y que hasta forma parte de la cultura popular, con costumbres como el poteo, es la de 18 años o más (29,2%).

Y la tercera entre los que lo han tomado alguna vez es la de 16 y 17 años, con un 24,2%.

En cambio, en los territorios vecinos, según la Encuesta sobre Adicciones de Euskadi de 2023, en estas dos últimas franjas apenas hay margen de diferencia.

En Bizkaia, por ejemplo, un 29,5% ya lo ha tomado con 16 y 17 años y un 31% cuando ha cumplido la mayoría de edad. Es más, también es muy parejo el porcentaje de lo que lo ha bebido con 15 años o menos (30,3%).

Y en el caso de Gipuzkoa, donde sobresale especialmente el 37,2% de los que se han tomado su primera copa con 15 años, es similar el porcentaje de los que lo han hecho con 16 y 17 años (27,6%) con el que así lo hicieron con 18 años o más (28,2%). 

Con rostro masculino

En cualquier caso, este exhaustivo estudio de la Dirección de Salud Pública y Adicciones del Gobierno Vasco también evidencia otro aspecto reseñable: que esos menores de edad que han tomado alcohol alguna vez, tienen rostro masculino en Euskadi.

No en vano, entre los que así lo hicieron con 15 años o menos, un 37,7% era varón y un 29% chicas. 

Y ellos también son los que destacan entre los que lo han tomado con 16 y 17 años (un 32%, frente al 24,5% de ellas).

Sin embargo, al cumplir la mayoría de edad, las mujeres se llevan la palma (33,8%) en este sentido, en comparación con los hombres (25,5%) que se han dado algún trago.

¿Por qué lo hacen?

Entre los motivos que les impulsaron a ello, según declararon ambos sexos, destaca el de “porque les gusta cómo se sienten después de beber” (25,5%).

Muy de cerca le siguió ( 25%) el de “porque es divertido o porque anima las fiestas y celebraciones” y tras ellos, un clásico entre los clásicos: el de la presión del grupo “para encajar o nos sentirse excluido” (11,4%).