Cabalgan sobre sus motos, buscando emoción sobre sus ruedas, al más puro estilo Easy Rider y el Born to be Wild que puso la banda sonora a este célebre film, porque los 15 alaveses protagonistas de esta historia también hacen rugir sus motores y salen, sobre de todo, en busca de aventuras auténticas, “en cualquier manera en que vengan”.
Sin embargo, los participantes de la sexta edición de The Moped Route, no van por autopistas, sino por carreteras poco frecuentadas y en humildes ciclomotores refrigerados, que suelen tener unos años, lo que les obliga a ir a 50 kilómetros por hora.
Una “potencia y mecánica perfecta”, como la describen, para no perderse nada en el camino, “como si fueras en bicicleta”, viendo los pueblos que van dejando a su paso, en esa distancia que les separa desde Vitoria a Oporto.
Esta “experiencia única para los sentidos” la comenzaron a recorrer el pasado sábado desde Urko Taberna (Duque de Wellington), donde suelen quedar, y donde tienen previsto llegar este sábado, víspera de San Prudencio, a las 14.00 horas.
1.600 kilómetros
"Con los puntos de control haremos unos 1.600 kilómetros aproximadamente”
“Con los puntos de control haremos unos 1.600 kilómetros aproximadamente”, explica Sergio Hierro, presidente de la asociación Gasteizko Classic Club que organiza esta ruta que empezó a hacerse en el año 2018 y que en otras ediciones ha ido a Santiago y Andorra.
Lo hace tras hacer un pequeño alto en el camino de la etapa de Verín (Orense) a Benavente (Zamora), de 175 km., para atender a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
Hoy, pondrán rumbo a Burgos. Y el hecho de ir en primavera también tiene su chispa de emoción: “Hasta Benavente no hemos tenido lluvia, pero esperamos dos o tres etapas de lluvia de vuelta a Vitoria”.
“De todo”
Este año, como cuenta, ha dado la casualidad de que todos los que se han animado a ir son chicos, pero en 2023, cuando fueron a Andorra, hubo una aventurera enfermera que no dudó en apuntarse, junto a jóvenes, de “veintitantos” y jubilados.
"Realmente cualquier persona con carné de conducir puede venir”
Lo normal es que haya “de todo” porque la única condición es que lleven una 49 cc con refrigeración que debe de ser por aire. “Realmente cualquier persona con carné de conducir puede venir”.
Las averías también son un clásico
Lo que sí que se necesita, sobre todo, es sentido del humor. “Raro es el viaje en el que no pasa nada. Esperar una grúa o intentar reparar en un paraje perdido no es una singularidad en The Moped Route”, precisa Hierro.
Y en esta edición, averías también las está habiendo. “Hay como todos los años, pero afortunadamente, al menos, de momento se van solucionando”, aclara.
Cuando ocurren, la máxima es la de “busca un bar y piensa cómo solucionarlo, mientras disfrutas de un café”.
Porque esos percances, sobre todo, servirán para nutrir las anécdotas de cada noche: “Contarlas vale la pena”.
Y por muy duro que sea el día, “un confortable hotel te espera. Y si no eres capaz, siempre puedes estar en casa en unas horas”.
Entrega de premios
Unos participantes que cambian de adjetivos “para finalmente transformarse en compañeros o amigos con los que compartes un recuerdo entrañable”.
Porque The Moped Route es una competición, pero no de ser el más rápido o de quién llega antes, sino al que mejor se lo pasa, al mejor sentido del humor, al mejor compañero...
“No son gran cosa físicamente pero encierran el valor de que los que los votan todos los participantes y han convivido ocho jornadas”
Unos premios que se votan en la cena de la última noche.
“No son gran cosa físicamente pero encierran el valor de que los que los votan todos los participantes y han convivido ocho jornadas”, matiza.
Difícil elección porque si hay algo que impera en la ruta es eso, ”el buen humor y compañerismo”, y lo peor que “son solo ocho días al año”.
Al menos, la de 2025 ya está planeada: Vuelven a Santiago.
