La herramienta de trabajo es el cuerpo. Quienes se están formando en disciplinas deportivas como el fútbol o el baloncesto, reciben, en su camino hacia una posible profesionalización, educación en torno a ese instrumento. Tienen una preparación física específica. Pero no pasa lo mismo con quienes se están instruyendo en el mundo de la danza. Aunque la situación no es igual en todas las comunidades autónomas puesto que cada una desarrolla las competencias educativas como considera, lo cierto es que conservatorios y escuelas se suelen encontrar huérfanos en este campo.

“Lo que es básico para cualquier deporte de elite y profesional, no existe en danza, no estamos en sus mínimos”, reconoce la bailarina y fisioterapeuta María Jesús Peces-Barba, responsable de Adapt Method. De hecho, remarca que existe un déficit formativo la salud en general, también en lo que está relacionado con lo mental, la nutrición y otros aspectos. 

Parte del alumnado del José Uruñuela participante en la formación Cedida

En el Conservatorio Municipal de Danza José Uruñuela son muy conscientes de ello y por ello, desde hace tiempo, el centro viene desarrollando distintas líneas de trabajo en estos campos con profesionales expertos. Es el caso de Peces-Barba, quien acaba de estar unos días ofreciendo un intensivo en la capital alavesa bajo el título Autocuidados y prevención de lesiones en la danza.

Los cuidados más básicos

Con la compañía de Marina Vara –el equipo de Adapt Method está compuesto por otras dos personas–, Peces-Barba ha ofrecido tres jornadas de intenso trabajo tanto con la mirada puesta en el alumnado del centro dependiente del Ayuntamiento de Vitoria como en el profesorado.

La formación también se ha llevado a cabo junto al profesorado del José Uruñuela Cedida

En el primer caso, se ha llevado a cabo una introducción a “los cuidados más básicos que los alumnos pueden manejar por sí mismos, que tienen que ver con la preparación del cuerpo antes de las clases, para que aprendan a calentar de manera correcta, a cuándo, cómo y de qué forma hacerlo”.

También se ha trabajo en lo que sucede después de las clases, en cómo recuperar el cuerpo mediante “masaje miofascial con el roller, con la pelota… con elementos que no suelen utilizar”. Además se ha buscado “que apliquen correctamente los estiramientos tanto previos como posteriores”. 

Todo ello sin perder de vista algo importante, saber gestionar las molestias y el dolor en la danza. “Los alumnos no disciernen entre lo que es un dolor, vamos a decir, normal y lo que no. La técnica de danza es muy exigente y hasta que la adquieren, los alumnos hacen mucha repetición de gestos y esto provoca ciertas patologías habituales. No saben distinguir entre lo que es una molestia normal de la práctica diaria de una actividad física de lo que ya es una lesión”. En eso se ha incidido, realizando también un taller de automasajes para los estudiantes más mayores.

En lo que respecta al profesorado, el enfoque ha sido similar, aunque también se han realizado talleres específicos, por ejemplo, en torno a la flexibilidad y la cadera. “En danza no hay tantos estudios, pero en diferentes deportes se ha demostrado que los autocuidados favorecen que el instrumento, el cuerpo, funcione en mejores condiciones durante más tiempo”, algo importante en una profesión como la de la danza donde, más allá de otras consideraciones que también influyen, una persona puede estar en activo sin problemas hasta los 35 años.

Desde la propia experiencia

Es parte del conocimiento que Peces-Barba y su equipo han querido transmitir en su corta pero intensa estancia es Vitoria. “Es una ciudad muy bonita a la que hacía tiempo que no volvía. Y la comida...”, ríe.

María Jesús Peces-Barba

María Jesús Peces-Barba Cedida

Lo cierto es que la responsable de Adapt Method desarrolla en diferentes conservatorios y escuelas de danza del país este tipo de talleres y cursos. Se ha convertido en una referencia, una situación a la que ha llegado tras un camino que empezó siendo bailarina. “Empecé muy joven y a un nivel muy alto. Pero lesioné y con 21 años tenía una patología de espalda importante. Tuve que hacer un parón y mientras que me dedicaba a recuperarme, estuve indagando en los motivos por los que había tanta lesión en danza”.

Esto le llevó, primero, a tomar clases de preparación física, aunque al final tomó la decisión de estudiar fisioterapia y luego osteopatía. “Poco a poco fui creando una serie de ejercicios y el método que aplicamos” y que pudo terminar de desarrollar con la escuela madrileña Danza 180.

Rumbo a Barcelona

El alumnado de 4º, 5º y 6º de Enseñanzas Profesionales del Conservatorio Municipal de Danza José Uruñuela ha viajado a Barcelona para compartir nuevas experiencias a nivel académico y artístico. Los y las estudiantes van a conocer el Institut del Teatre. Allí van a visitar las instalaciones del Conservatorio Profesional y del Superior, donde van a participar en jornadas prácticas e informativas. Otra visita prevista será al conservatorio profesional Oriol Martorell, donde compartirán la jornada lectiva. Además asistirán a la actuación de la Sydney Dance Company en el Mercat de les Flors.