Ayer la solidaridad fue protagonista en dos templos conocidos y reconocidos de la capital alavesa. Por una parte, la parroquia de San Pablo Apóstol, en el barrio de Ariznabarra, acogió en su pórtico un mercadillo solidario desde las 11.00 hasta las 14.00 horas y cuyos beneficios irán destinados a becar a 40 alumnos cristianos que actualmente estudian en el Líbano y que están en riesgo de exclusión. Este proyecto está apadrinado por la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, entidad que se dedica a apoyar a cristianos de toda edad y condición por todo el mundo y que sufren persecución o marginalidad a causa de su fe.

Huelga feminista. | FOTO: J. MUÑOZ

El objetivo de esta cita pasaba por recaudar 9.100 euros para ayudar a estos estudiantes del colegio Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ubicado en la capital del país, Beirut. Según esta Fundación Pontificia, los alumnos de este centro educativo cristiano y sus familias están pasando por una difícil situación económica así como el colegio, cuya situación financiera es dramática por la falta de ingresos debido a la situación económica de quiebra por la que está pasando el Líbano en la actualidad. La escuela a día de hoy tiene 280 alumnos y 11 profesores, de los que 40 chicos y chicas serán apoyados con becas de estudio gracias a esta parroquia de Ariznabarra.

El mercadillo estuvo atendido por voluntarios de San Pablo Apóstol y ofreció productos de todo tipo en buen estado, la mayoría donados por vecinos del barrio y pensados para ser poder servir como regalos de Navidad. También hubo pintxopote y se vendieron bizcochos y tortillas. Todo para poder acercarse a esa cuantía de 9.100 euros marcada como objetivo.

Por otro lado la parroquia de San Pedro Apóstol, en la calle Siervas de Jesús también dedicó la mañana a una causa solidaria. El atrio de este templo permaneció abierto de 11.30 a 14.30 horas para que los ciudadanos pudieran acercarse a esta céntrica iglesia, conocer qué es y qué busca el movimiento llamado comercio justo y por supuesto comprar productos elaborados bajo este paraguas. Los beneficios irán destinados a pequeños productores que tanto en América Latina como en África, subsisten gracias a pequeñas explotaciones familiares donde el sistema comercial está basado en el diálogo, la transparencia y el respeto hacia criterios sociales y medioambientales.

En este mercadillo los vecinos de pudieron hacerse con todo tipo de productos desde chocolates, cafés, azúcar, confituras, zumos, conservas y más alimentos además de productos de cosmética natural, limpieza del hogar, textil y juguetes para los más pequeños de la casa. Todo esto y más está disponible durante todo el año en Bide Bidean, establecimiento permanente de la diócesis de Vitoria que oferta los doce meses del año productos procedentes del Comercio Justo y que está abierto al público en la calle Fueros o en su tienda online www.bidebidean.org.