Hoy en día hay muchos titulares que cuando los lees automáticamente piensas que son de El Mundo Today o algún sucedáneo: no pueden ser verdad. Pero lo son. Pasan muchísimas cosas increíbles cada día que muestran que la realidad supera la ficción.

Y en este caso, nunca mejor dicho, porque la autora de un artículo llamado Cómo matar a tu marido

Se llama Nancy Crampton Brophy, tiene 71 años y una larga trayectoria escribiendo novelas románticas de suspense. Además de esos libros, también publicaba artículos en su blog, y uno de ellos, en 2011, se tituló Cómo matar a tu marido, en el que daba indicaciones para hacerlo sin dejar rastro.

Consejos para matar

Aconsejaba a las mujeres ser "muy inteligentes" y "despiadadas", porque siempre serían las principales sospechosas debido a su cercanía con la víctima. Y también daba pistas sobre cómo matar: evitar los cuchillos, porque provocan mucha sangre; el veneno, porque es fácilmente rastreable; las pistolas, por el ruido y su difícil manejo; y los sicarios, porque no son de fiar.

Consejos vendo y para mí no tengo, porque Crampton mató a su marido con un arma de fuego. Sucedió en junio de 2018, pero la sentencia ha salido ahora. La mujer planeó concienzudamente el crimen y acudió al Instituto Culinario de Oregón, donde él era profesor y donde no había cámaras de vigilancia, y le disparó dos tiros que acabaron con su vida, asegurándose de que las balas quedaran fuera del radar de la Policía.

Para descargarse todavía más de culpa, al día siguiente escribió un post en Facebook lamentando que su marido había sido asesinado y expresando que se encontraba destrozada, antes de preocuparse por cobrar todas las pólizas de seguros de vida que él había contratado. No pudo disfrutar del dinero, porque poco después fue detenida como principal sospechosa.

Siete semanas de juicio

Cuatro años después ha sido condenada, y en el juicio, celebrado durante siete semanas en Portland, se ha probado que mezcló piezas de muchas armas que compró para fabricarse un arma muy difícil de rastrear por las autoridades. Ella argumentó que tenía armas para su defensa personal y porque estaba escribiendo una novela en la que una mujer quería vengarse de su marido por los abusos cometidos, con lo que necesitaba material que le metiera más en la historia. No le ha servido para evitar la condena y ahora le espera la cárcel.

Curiosamente, aquel artículo que escribió en su blog comenzaba así: "Como novelista de suspense romántico, paso mucho tiempo pensando en los asesinatos y también en los procedimientos policiales. Si me pongo en la piel de una asesina es para no acabar en la cárcel. Lo diré claramente para que conste: no me gusta vestir monos y el naranja no es mi color favorito".