Ya han acabado los festejos navideños. Los Reyes Magos ya están de regreso en Oriente, los escolares ocupan de nuevo sus aulas y en los hogares las miradas se vuelven hacia la cartera y a la cartilla.
Comienza lo que popularmente se conoce como cuesta de enero, esa época en la que toca recuperarse de los excesos económicos de las fiestas. Llega el ajuste de cuentas. Algunos dirán, en un intento de vano y resignado consuelo aquello de que “nos quiten lo bailao”, pero la coyuntura que se alza ante todos no es la más prometedora.
La imparable escalada de los precios de la energía, los alimentos, el carburante y el transporte, no lo pondrán nada fácil este 2022. La inflación en 2021 ha alcanzado el 6,7%, algo que se encuentra estrechamente relacionado con la subida de la energía y para este recién comenzado año se calcula que estará entorno la 4%.
A este panorama de pérdida de poder adquisitivo de las familias hay que añadir que muchas de ellas todavía se encuentran en ERTE o en situación de precariedad como consecuencia de la crisis sanitaria y económica del coronavirus.
Qué podemos hacer
Para tratar de paliar, incluso de aliviar, esta futuro a corto plazo, el portal financiero Acierto.com ofrece una serie de consejos para tratar de rebajar la cuesta.
1. Planificar un presupuesto: Hacer un presupuesto cerrado acorde con las necesidades reales será clave para evitar gastar de más. La organización de las finanzas y el análisis de la situación financiera son fundamentales.
2. Apostar por la cocina de temporada: Para evitar gastar de más en alimentación una buena opción es recurrir a las ofertas y a la cocina de temporada. Los congelados son también una excelente alternativa para abaratar costes. Es conveniente hacer la lista de la compra antes de ir al supermercado y ceñirse a ella. Para evitar la tentación de saltarse la lista, no comprar antes de comer o cenar.
3. Consumir de forma responsable: Sólo lo que realmente sea necesario, lo que vayamos a consumir. Esto incluye sobretodo a la comida. De hecho, durante los últimos años el desperdicio alimentario no ha dejado de crecer, y se calcula que solo el año pasado se desperdiciaron más de 1.300 millones de kilos de alimentos en España.
4. Reducir gastos innecesarios: Es importante centrarse en los gastos prioritarios. Pensarse dos veces los gastos de ocio. Tratar de reducir el precio de las facturas de la luz, aunque en el momento actual resulte más complicado. Apostar por electrodomésticos más eficientes, utilizar la luz natural y el sol en nuestro beneficio, emplear programadores, evitar el standby nos ayudará.
5. Dar de baja los servicios que no se usan: Las suscripciones que no utilizas con demasiada frecuencia pueden ir sumando.
6. Cuidado con las rebajas: Las ofertas especiales y las campañas de bajada de precios pueden hacer que actuemos con impulsividad. Se estima que 3 de cada 5 consumidores compran productos baratos que no necesitan. No obstante, también es interesante recurrir a ellas si habíamos esperado a estas fechas para comprar cosas que necesitábamos.
7. Comparar antes de comprar: Para no dejarse llevar por los precios, podemos compararlos. Existen apps específicas que permiten revisar el historial de precios a lo largo del tiempo. Asimismo, es importante comentar que hasta el 93% de los consumidores asegura comparar online antes de adquirir un bien o servicio.
8. Utilizar aplicaciones de chollos en productos de primera necesidad: Las aplicaciones de chollos y cuponeras también pueden ser de ayuda. Es fácil encontrar descuentos en alimentación, ropa, utensilios de la casa, para el colegio, etcétera. Y todo suma.
9. Crear una cuenta ahorro: Se trata de apartar todos los meses una pequeña cantidad que queda de reserva para cubrir gastos inesperados.
Pero a veces hay imprevistos
Si todavía no ha dado tiempo de llevar a cabo el consejo número nueve y llega un gasto imprevisto, hay soluciones, aunque deben ser muy meditadas.
Estos gastos pueden tratar de financiarse. Desde el portal financiero señalan que “hay opciones incluso que no generan intereses y que suponen un desahogo importante para las familias que tienen una necesidad puntual. Eso sí, debemos estar seguros de que podremos devolver el dinero que nos presten y de que se trata de algo coyuntural”.
Las tarjetas de crédito serían un ejemplo. “Casi todo el mundo tiene una tarjeta de crédito. Se trata de productos que permiten disponer de dinero a crédito y, habitualmente, devolverlo a final de mes sin que esto genere intereses adicionales, aunque depende de cada entidad”, aseguran. Otra de sus grandes ventajas es que las tarjetas permiten fijar un techo de gasto para no excedernos en nuestros gastos.
Un préstamo rápido es otra opción, cuya concesión es casi inmediata y mucho más rápida que la de un préstamo personal al uso. Pero ojo, aunque la cantidad que se pide no tiene porqué ser muy alta entre 300 y 15.000 euros, tiene intereses mayores. Algo parecido ocurre con los minicréditos.
Finalmente, se puede pedir un adelanto de nómina. Este dependerá de nuestro salario y consiste en multiplicar la nómina un número determinado de veces. Puede solicitarse tanto a la empresa en la que se trabaje como a un banco, pero en este último caso se requiere de cierta antigüedad como cliente de la entidad, entre otros requisitos.