El empoderamiento (empowerment en inglés) es entendido como el proceso mediante el cual las personas refuerzan y consolidan sus propias capacidades políticas, sociales y económicas, protagonizando cambios revolucionarios como personas y sociedad.
Aunque el empoderamiento es aplicable a todos los grupos desfavorecidos, su nacimiento y mayor desarrollo se ha dado principalmente como respuesta a la desigualdad de género, centrándose en el empoderamiento de las mujeres. Esto comenzó a partir de la III Conferencia Mundial de la Mujer (Nairobi, 1985) cuando DAWN (Development Alternalves with Women for a New Era o Alternativas de Desarrollo con Mujeres para una Nueva Era), una red de grupos de mujeres e investigadoras, reformularon el término para referirse al proceso por el cual las mujeres acceden al control de los recursos y refuerzan sus capacidades y protagonismo en todos los ámbitos.
En esas transformaciones socioeconómicas se ve implicada de forma inevitable la industria textil, encontrándonos ante la eterna dicotomía entre moda y feminismo.
"La moda es un espejo de lo que ocurre en otros ámbitos de la sociedad, la desigualdad de género en la cima de la pirámide es un hecho", asegura la experta en comunicación de moda y ex modelo Pepa Fernández.
Las mujeres compran pero son los hombres quienes diseñan, a pesar de que más del 80% del estudiantado de moda son mujeres. El rol femenino en el sector textil es consumir y producir. A pesar de estos datos y de que este sector ha contribuido en demasiadas ocasiones a la perpetuación de estereotipos, la moda también ha sido fundamental en la historia del feminismo, tal y como afirma Fernández: "ha servido de herramienta para luchar por la igualdad".
Estos cambios se han logrado rompiendo barreras, acabando con lo preestablecido, con el surgimiento de ciertas prendas como el bikini o la minifalda y la apropiación de otras ya existentes y prohibidas para el género femenino, como el uso de pantalones (algo inédito hasta mediados del siglo XX). También el desuso de ciertas otras ha influido en ello, como la liberación del corset o del sujetador, símbolos de opresión de la mujer, convirtiéndose en grandes hitos dentro de la revolución feminista.
Es a partir de este momento cuando las mujeres comienzan a crear un mensaje visual y expresivo que ha permitido su ocupación en el mundo de una forma mucho más libre y empoderada.
Además, en los últimos años hemos podido comprobar cómo las firmas de alta costura han querido formar parte de este movimiento, como demostró Chanel en 2015, cuando simuló una manifestación feminista en uno de sus desfiles. Dos años más tarde Maria Grazia Chiuri, la primera directora creativa de la marca Dior, presentó en uno de los desfiles una camiseta con el siguiente mensaje: We should be all feminist, frase que recoge el trascendental y reconocido discurso que dio Chimamanda Ngozi Adichie sobre lo que significa ser feminista en este siglo.
Esta conferencia realizada en 2012 cuenta ya con 4,833,316 de visitas en Youtube, y fue transformada tres años después en un ensayo del que ya se han vendido 7 ediciones, y no es de extrañar, puesto que 'Todos deberíamos ser feministas' se ha convertido en un emblema del movimiento.
Tan viral es el lema, lo que representa y el icónico diseño de Dior que lo contiene, que hemos vuelto a ver la camiseta recientemente en pantallas, pero esta vez vestida por Penélope Cruz, en una de las escenas de Madres paralelas, la última película dirigida por Pedro Almodóvar.
Otro claro ejemplo de cómo la moda ha contribuido al empoderamiento femenino lo vemos representado en la colección Libre donde 12 mujeres supervivientes de la trata han creado una colección de 70 prendas sostenibles con las que comunicar la libertad y dignidad que sintieron gracias a APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida).
Esta colección fue expuesta en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid el pasado abril, y con ella queda demostrado que aunque la moda sea en muchas ocasiones frívola y superficial, también puede llegar a representar uno de los símbolos más importantes de la humanidad; la libertad individual.