Un hombre, vecino de la provincia de Albacete, dejó a su fallecimiento un curiosa, aunque probablemente para sus deudos no fuera sorprendente, herencia: dos tigres adultos. Un macho y una hembra de 18 años de edad. Sus herederos, conscientes de lo que supone darles las atenciones necesarias a estos animales, hicieron lo más logico. A través de sus abogados se pusieron en contacto con un centro de protección de mamíferos exóticos de Alicante Primadomus para que se hicieran cargo de ellos.
Así, el pasado agosto, el centro recibía la llamada que les avisaba de las situación y proponía la cesión de los felinos. Estos explicaron que “aproximadamente en 2014 nuestro cliente, fallecido, adquirió una finca donde se encontraban una serie de animales, entre ellos dos tigres… Todos estos años les ha prodigado todo tipo de cuidados… El problema llega ahora, ya que los herederos ven que a medio plazo va a ser imposible hacerse cargo de ellos”.Una vida en cautividad
Ambos tigres, nacidos en 2003, eran ya ancianos con 18 años de edad. La tigresa procedía de un entrenador de circo residente en Alicante y el macho fue importado desde un zoológico de Bélgica. Ambos fueron adquiridos por un particular con tres meses de edad. Tras haber pasado por varios dueños en España, desde el 2010 se alojaban en lo que fue su último hogar, una finca de Albacete. El macho tristemente murió poco después de la petición de cesión y la hembra lo hizo el 16 de septiembre, cuando finalmente era transportada al centro de rescate.
Los técnicos proceden al traslado de la tigresa al centro de reeuperación en Alicante. Foto Primadomus
“Es muy triste no poder haberles dado sus últimos años de retiro en nuestro centro”, explicó Berta Alzaga, bióloga del centro Primadomus. “Teníamos todo preparado para ellos. Fuimos a recoger a la hembra y, aunque estaba delgada y con síntomas propios de su edad, teníamos esperanzas. Los herederos también estaban contentos de la oportunidad de darles una mejor vida. La tigresa desgraciadamente murió durante el viaje. La necropsia realizada para determinar las causas mostraba una grave insuficiencia renal y anemia, que pudieron complicar la sedación.
El destino de estos tigres era disfrutar de sus últimos años en el centro junto a otros 109 mamíferos exóticos incautados o cedidos, 87 primates y 22 grandes felinos. Dispondrían de espacio exterior, enriquecimiento diario para estimular sus sentidos y mantenerlos activos, la posibilidad de convivir de nuevo con un compañero de su misma especie e incluso una piscina privada.
La mayoría de CCAA permite tener estas mascotas
Este caso expone una vez más el problema de la tenencia como mascotas de animales exóticos. El tigre es un animal en peligro de extinción, es una especie clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) como “amenazada”, y listada en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), que le otorga el mayor nivel de protección posible en el comercio internacional. Sin embargo, no excluye el comercio de ejemplares procedentes de la cría en cautividad. La gran mayoría de los tigres en Europa no han sido capturados en estado salvaje, sino criados; en muchos casos, legalmente.
La mayoría de CCAA en España todavía es posible tener un tigre como mascota. Un núcleo zoológico, una licencia de tenencia de animal potencialmente peligroso y un seguro de responsabilidad a terceros es todo lo que piden las administraciones. Pero no establece las condiciones de bienestar de estos animales, ni los posibles efectos en la salud pública. Tampoco se exige una seguridad mínima como altura, pastor eléctrico o vallado, ni de espacio mínimo donde estos animales puedan desarrollar sus comportamientos naturales. Los temas sanitarios, como condiciones higiénico-sanitarias mínimas o chequeos regulares de salud para asegurar que estos animales no son vectores de contagio de enfermedades tampoco se contemplan.
Solamente las comunidades de Madrid, Andalucía, Navarra y Región de Murcia son las únicas que prohíben, explícitamente, la tenencia privada de ciertos animales por su peligrosidad potencial. En el caso de los mamíferos la prohibición incluye a todos los primates y en general a las especies silvestres que superen los 10kg de peso, o los 5kg para especies carnívoras, con el objetivo de hacer frente al latente "vacío legal existente" y en beneficio de la seguridad de la población.