En el marco de la erupción del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, el Consejo General de Dentistas ha advertido de que, en los últimos días, se está informando sobre la posibilidad de elaborar pastas dentífricas con ceniza volcánica, lo que podría dañar el esmalte dental, al ser abrasivo para los dientes.
Al igual que el carbón activado, la ceniza volcánica tiene una gran capacidad abrasiva, por lo que su efecto en los dientes es similar al de pasarse una lija. Al desgastar el esmalte natural, se producen varios efectos: queda a la vista la dentina, cuyo color es más amarillento que el esmalte; aumenta la sensibilidad dental, puesto que la pulpa dentaria (nervio del diente) estará más desprotegida; asimismo, las encías también pueden quedar dañadas.
Aun así, bajo la promesa de blanquear los dientes, algunas pastas dentífricas contienen una cantidad ínfima de minerales volcánicos, lo que no significa que sea un material imprescindible, ni que produzca realmente el efecto blanqueante deseado.
Ojo con la pasta casera
El Consejo General de Dentistas insiste también en el riesgo que supone elaborar pasta de dientes caseras, por ejemplo, con arcilla blanca proveniente de ceniza volcánica, y otros elementos. Aunque determinados agentes naturales poseen propiedades incuestionables, no se debe promover su uso si carece de avales científicos que demuestren su eficacia y seguridad.
Hay que tener en cuenta que todas las pastas dentífricas comercializadas pasan por múltiples controles de calidad, entre otros, en lo referente a su capacidad abrasiva a través de escalas estandarizadas (Abrasividad de Dentina Relativa o RDA). Todas las organizaciones y sociedades científicas internacionales coinciden en que, actualmente, no existen evidencias científicas de que ningún elemento pueda reemplazar al flúor y que cuente con sus grandes cualidades preventivas.