Todo comenzó en 2016 cuando la empresa israelí NSO Group lanzó un nuevo software de vigilancia. El sistema, bautizado como Pegaus, prometía ser un medio para perseguir a criminales y terroristas.
No obstante, la organización Amnistía Internacional (AI) alertó en un comunicado que el programa Pegasus se utilizó para espiar a más de 50.000 periodistas, activistas y políticos de países como México, India, Hungría y Marruecos. A su vez, denunció que "se ha utilizado para facilitar la comisión de violaciones de derechos humanos a gran escala en todo el mundo".
LA FAMILIA DEL PERIODISTA JAMAL KHASHOGGI ENTRE LOS AFECTADOS
Según describe la investigación, Pegasus se uso para infiltrase en al menos 37 teléfonos móviles de reporteros, activistas de derechos humanos y directores de empresa. A su vez, destacan que el hackeo también afectó a dos mujeres cercanas a Jamal Khashoggi, periodista asesinado en 2018 en Estambul.
La investigación también apuntó como posibles objetivos a periodistas que trabajan para medios de comunicación internacionales como el diario 'The New York Times', la cadena de televisión CNN y las agencias Associated Press y Reuters.
PROYECTO PEGASUS, LA INVESTIGACIÓN QUE REVELÓ EL HACKEO
El proyecto Pegasus es una investigación en la que han participado más de 80 periodistas de 17 organizaciones de medios de comunicación de 10 países. Todos ellos están coordinados por Forbidden Stories, una organización sin ánimo de lucro de medios con sede en París. A su vez, también contó con el apoyo de la AI, que realizó los análisis forenses de móviles para identificar rastros del software espía.
Agnès Callamard, secretaria de la AI, aseguró que este proyecto "pone al descubierto que el software espía de NSO es el arma preferida de los gobiernos represivos que intentan silenciar a periodistas, atacar a activistas y aplastar la disidencia, poniendo en peligro innumerables vidas".
A su vez, Callamard enfatizó que las revelaciones de la investigación "echan por tierra" cualquier afirmación de la NSO asegurando que los ataques son "poco frecuentes" y se corresponden con "un uso fraudulento de la tecnología".
"Aunque la empresa afirma que su software espía solo se utiliza en investigaciones penales y terrorismo legítimas, está claro que su tecnología facilita la comisión de abusos sistemáticos. NSO dibuja una imagen de legitimidad mientras saca provecho de violaciones de derechos humanos generalizadas", añadió.
NSO negó rotundamente las "acusaciones falsas" del informe y apuntó que los reportajes son "suposiciones equivocadas" y teorías no corroboradas".