El 5 de julio de 1946, hace exactamente 75 años y una semana, un ingeniero mecánico llamado Louis Rénard presentó una prenda revolucionaria: el bikini. Un traje de baño de dos piezas, que dejaba al descubierto el abdomen y las piernas.
La presentación de novedoso traje se realizó en París y la primera persona que posó con él fue Micheline Bernardini, una bailarina de striptease que trabajaba en el Casino de París. Fue ella la primera mujer en probarse un bikini porque todas las modelos de la ciudad temían una opinión negativa de la sociedad.
La presentación del bikini fue un impacto en la sociedad. Nadie había innovado tanto en una prenda y los estándares de belleza de la época no permitían que las mujeres enseñasen tanta piel.
En los años siguientes a su presentación, el bikini no caló en la sociedad. Hasta que en los 50, artistas internacionales como Brigitte Bardot, Ava Gardner, Rita Hayworth, Marilyn Monroe o Elisabeth Taylor comenzaron a lucir este traje de baño en playas y piscinas.
Ya en los años 60 el bikini era una prenda muy popular. Todas la mujeres lo integraron en su vestuario hasta el día de hoy.
Origen del nombre
Cinco días antes de la presentación del traje de baño, el ejército de Estados Unidos realizó una prueba de bomba atómica en el atolón de Bikini, uno de los atolones que componen la isla de Marshall. Por esa curiosa casualidad, se decidió el nombre de bikini para esta nueva e innovadora prenda.
La historia del bikini
A pesar de celebrar el 75 aniversario del bikini, esta prenda se remonta a siglos atrás, en concreto al siglo IV a.C. En la localidad siciliana de Piazza Armerina se conserva la villa romana del Casale, original del siglo IV a.C.
Este lugar destaca por la belleza de sus muros que contienen mosaicos, entre los que se encuentra 'el mosaico de los bikinis'.
Una representación griega que muestra a mujeres utilizando dos prendas idénticas a lo que hoy en día se conoce como bikini.
Años después, a finales del siglo XIX, los bañadores para mujeres también eran de dos piezas. Sin embargo, cubrían todo el cuerpo hasta las muñecas y los tobillos. Esta prenda, cuando se mojaba, se hacía incómoda para las personas que la usaban.
Por eso, a principios del siglo XX, la nadadora profesional Annette Kellerman usó por primera vez un bañador de una sola pieza, sin mangas ni perneras.
La nadadora fue arrestada por diseñar una prenda cómoda para las mujeres. No obstante, el bañador gustó a la sociedad y comenzó a utilizarse.
La valentía de Kellerman no quedó aquí y el diseñador francés, Jacques Heim, creó en los años 40 un modelo de dos piezas que ya no cubría el abdomen, pero sí el ombligo.
El siguiente paso se dio poco tiempo después, con Rénard. Y es que la aparición del bikini ayudó a que la mujer tuviese una manera más cómoda de disfrutar del verano.