“En una escena de sexo prefiero que me dirija Anna; no le tiembla el pulso”
‘Arde Madrid’ ha sido uno de los retos más difíciles de Paco León y su mujer, Anna R. Costa. Ambos son los directores y él ha asumido el papel protagonista del filme.
madrid - Es un contraste entre la dolce vita del Madrid de 1961 y la vida que llevaba la sociedad española, sobre todo las mujeres de esa época que contaban sus derechos con los dedos de una mano y “sobraban”, recalca Paco León.
¿Cómo se siente después de haber terminado uno de sus proyectos más personales y ambiciosos, Arde Madrid?
-Todavía estoy en el fragor de la batalla. Presentar esta serie forma parte de la labor creativa. No ha acabado nada, tengo agenda con Arde Madrid hasta finales de noviembre. Lo gordo está hecho, estamos contentos de haber hecho la serie que queríamos, una serie diferente?
Diferente hasta en el color.
-No hubiera podido ser de otra forma, queríamos un look en blanco y negro. Hay muchas expectativas respecto a ella y nosotros encantados.
¿Tuvo dudas en algún momento?
-La verdad es que no, nunca. Anna (Rodríguez Costa) y yo teníamos la convicción total, el proyecto nos parecía interesantísimo y merecía la pena contar esta historia y que fuera en blanco y negro. Movistar sí que dudó, no fue fácil encontrar novio para este proyecto.
Algún pretendiente se echó atrás.
-Incluso Movistar estuvo a punto de hacerlo. Directamente nadie nos dijo no, pero sí surgieron dudas. Netflix estuvo muy interesado, lo que no les cuadraba era el dinero.
Ava Gardner es la disculpa para narrar una época, ¿no?
-Es una excusa que nos servía para hablar de las libertades que había entonces en España?
Más bien pocas.
-Es la disculpa para reflexionar sobre lo que hemos avanzado y retrocedido en cuestión de libertades, personales y públicas. Queríamos confrontar a Ava Gardner, la mujer más libérrima del mundo, con Ana Mari, una instructora de la Sección Femenina de Franco.
¡Qué tiempos!
-De verdad. Fíjate, Ana Mari piensa que si tu marido te pega debes pensar qué has hecho mal porque él solo quiere enseñarte.
Visto su personaje en Arde Madrid y el que interpreta en La casa de las flores nos deja con la boca abierta, ¿facilidad para cambiar?
-No sé qué decir a lo de cambiar con facilidad, a mí me cuesta bastante. El personaje de María José en La casa de las flores era un personaje difícil y delicado. Al principio, pensé que iba a ser más fácil porque ya tenía experiencia en transformarme, pero este papel tenía unas características muy especiales. Fue un riesgo, pensé que no iba a ser el éxito que está siendo.
Pasa del macho ibérico en Arde Madrid a un transexual en La casa de las flores.
-Yo hice el personaje de María José después de La peste. Fue pasar de un thriller con Alberto Rodríguez a un neoculebrón con Manolo Caro en México, eran muy diferentes, pero es lo que me gusta, es lo interesante de esta profesión, ir de un personaje a otro. Además te digo una cosa, yo me creo los personajes y los vivo.
¿Cómo se lleva lo de ser director y protagonista de una serie?
-Regular, como se puede. La mayoría del rodaje ha estado bien porque Anna estaba a mi lado. Ha habido momentos de locura, sobre todo con escenas de mucha gente, esas en las que había 300 figurantes y tú estabas dentro y fuera. Más de una vez he dado la orden, “acción”, para después decir: “Corten, corten? que no estoy yo en escena”. A veces, con la bandeja en la mano y haciendo de camarero he dado “acción”: he estado dentro y fuera.
¿Comedia o drama?
-Comedia, siempre comedia. Me parece el gran género. El drama es el subgénero de la comedia.
Sin embargo, a la hora de los reconocimientos el drama siempre está por delante de la comedia.
-En prestigio sí. Para mí la comedia no es un género, es una mirada inevitable, no sé expresarme de otra manera. Según lo entiendo yo, no es un género que busca la risa, sino que utiliza la risa para contar cosas.
1961 en España no marca una época de risas y colores.
-Para echar esa mirada atrás e ir a una época donde las libertades estaban tan recortadas, se necesita la comedia. Se dice que una comedia es tragedia más tiempo. En este caso, ha pasado el tiempo suficiente para tratar con humor época oscuras.
Siente una fascinación muy grande por el personaje de Ava Gadner. ¿Por qué?
-Además de porque era el contraste necesario que necesitaba para esta historia, es un personaje fascinante. Le daba igual todo, era una disfrutona, en hoteles similares al Ritz le tenían prohibida la entrada. Es la excusa, pero también es fundamental para mostrar contrastes. Para el año que estamos narrando, ella ya se lo había follado y bebido todo.
¿Es dura Anna como directora cuando usted está en escena?
-Durísima. Es muy dura y es muy buena dirigiendo, lo hace como nadie.
¿Pasión de pareja?
-No, en este caso, pasión de profesional a profesional. Es durísima conmigo, no tiene compasión, y dice que es lo que merezco? Ja, ja, ja?
Se vuelve tímido en las escenas de sexo y es ella quien suele tomar las riendas. No le pega esa timidez.
-Siempre es muy delicado hacer una escena de sexo con una compañera. Cuando estás fuera y dentro, prefiero que me dirijan y te juro una cosa, a ella no le tiembla el pulso a la hora de dirigir una escena de sexo.
¡Vaya! Una mujer con carácter.
-Lo que siempre necesito a mi lado. Recuerdo un corto que hicimos juntos, de los primeros, se llamaba Con lengua. Yo tenía que besar a una niña casi y recuerdo repetir tomas y tomas con la madre allí delante?
Uf. Difícil me temo, ¿no?
-Para mí sí. Ella, Anna, decía: No, no, repetimos, se tiene que ver la lengua, métele la lengua..., me decía. Y yo pensaba: Por favor, que termine esto. Lo pasé fatal, pero ella tenía razón, salió un corto precioso. No es timidez, que también puede ser, es que las escenas de sexo siempre me han parecido muy delicadas. Además, cuando eres también el director, te cortas un poco.
¿Se lleva bien trabajar y ser pareja a la vez?
-No. En absoluto se lleva bien, es el infierno. No conozco a ninguna pareja que lo viva bien. Nosotros lo vivimos como un infierno?
Vamos, masoquistas totales.
-Tampoco. Es cierto que si uno de los dos no hubiera estado, todo habría sido más fácil, pero el resultado seguro que hubiera sido peor. No es fácil convivir y trabajar juntos, lo sabemos y sabemos que cada proyecto es una prueba, pero siempre acaba bien, la sangre no llega al río.
¿Qué proyectos tiene entre manos? ¿Vacaciones, tal vez?
-¡Qué dices! Seguimos con la promoción en Latinoamérica, la serie se emite en Chile, Perú. Colombia, El Salvador, Argentina? Haremos gira americana. Después está la segunda temporada de La casa de las flores y estamos pensando en la segunda de Arde Madrid.
¿Se puede confirmar?
-Vamos a ver cómo va la serie, Movistar quiere, nosotros nos atrevemos y si esto funciona como esperamos, haremos la segunda.
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