“Soy igual en la tele y fuera, no necesito crear un personaje”
‘¿Te lo vas a comer?’ es la nueva apuesta de Alberto Chicote en La Sexta. Se estrena hoy y el chef madrileño vuelve dispuesto a no dejar títere con cabeza
¿Qué comen los ancianos en una residencia? ¿Están de acuerdo médicos y pacientes con las dietas en un hospital? ¿Hay fraude en las concesiones o abastecimientos de alimentos en estos centros? A estas y otras preguntas responderá el programa ¿Te lo vas a comer? Desde las denuncias que han puesto familiares de ancianos, arranca hoy una vuelta de tuerca más a qué es lo que comemos en momentos determinados. Chicote ha ido a centros bajo sospecha y a aquellos que han demostrado responsabilidad en sus actuaciones, va a mostrar las dos caras de una moneda.
Es usted una caja de sorpresas?
-Me gusta sorprender, es lo que debe hacer un cocinero con su cocina.
En este caso lo hace en televisión.
-Es un buen medio para mostrar cómo se hace la comida en una residencia de ancianos, en un hospital o en un evento. ¿Te lo vas a comer? es un programa de responsabilidades en la cocina.
¿Sabemos lo que nos metemos en la boca?
-En algunos casos sí, en otros no. En el programa que estrenamos no es tanto lo que comemos, es más si hay engaño, fraude o denuncia sobre las cosas que comemos nosotros o la gente que nos importa y que a veces no puede protestar por sí misma.
Las residencias de ancianos son el punto de partida.
-Siempre nos han llamado la atención, las residencias generan muchas dudas por parte del público. Los familiares quieren saber qué pasa con sus ancianos, si las comidas que les suministran son las adecuadas para cada caso.
¿Han encontrado problemas?
-Hay de todo. Nos hemos encontrado con gente sensible especialmente a lo que debe comer cada anciano y otra que es muy descuidada. Contaremos todo, lo bueno y lo malo; no solo nos centraremos en residencias que tenían denuncias serias.
Otro punto caliente en cuestión de comidas son los hospitales.
-La premisa es la misma que en las residencias de ancianos. Está el personal de cocina y también los que asisten a los pacientes, el personal sanitario. Y pasa igual que en todos los sitios hay centros en los que todo va muy bien, marcha sobre ruedas y en otros es un desastre.
¿Dónde podemos encontrarnos con una situación de fraude? ¿Son alimentos en particular?
-No tanto en alimentos en particular. El problema suele estar en los presupuestos, en general son muy pequeños. La concesión suele ser externa y pueden surgir problemas, hay proveedores externos que pueden aprovecharse, también se infringen en algunos casos lo que han firmado en el pliego de condiciones...
¿Es muy frecuente?
-Es frecuente. Y esto se traduce en que los propios pacientes o los familiares se quejan de la comida que reciben. En algunos casos son incluso los propios médicos de un hospital los que se quejan de la alimentación que se les está ofreciendo a los pacientes.
¿No se siguen las pautas prescritas por los médicos?
-En muchos sitios se cumplen, pero los hay en que reciben denuncias porque no se adaptan las dietas a un paciente diabético o a otros que no pueden masticar y no reciben una dieta túrmix.
¿Han recibido muchas quejas y denuncias sobre la alimentación fuera de casa?
-Bastantes. Además, ése es nuestro punto principal de partida. En el tema de las residencias hemos recibido denuncias de familiares porque en la mayoría de los casos los residentes son personas muy desvalidas y que no pueden hacer ellos mismos las denuncias.
¿Se pone en riesgo la salud de las personas con estas malas o deficientes prácticas alimentarias?
-Por supuesto que sí. Por ese motivo nos hemos lanzado a hacer este programa.
Aparte de estos temas, ¿sabemos comprar alimentos? ¿Sabemos lo que comemos?
-El etiquetado está ahí para garantizar que el consumidor al menos conozca exactamente qué le está llegando. Pero también hay gente que no lo respeta y que se salta las normas a la torera para hacer lo que más le puede interesar. En general contamos con un gran conocimiento sobre el producto y sobre las normas de alimentación.
No hace más que hacer programas y programas de televisión?
-No es para tanto, hago televisión, pero no estoy todos los días ante las cámaras.
¿No dice que no a nada?
-Me encanta todo lo relacionado con la gastronomía: cocinar, ayudar a los que tienen problemas y conocer secretos de alimentos comunes que son excepcionales y tendrían que ser imprescindibles en nuestras neveras.
Parece que este tipo de programas gustan mucho a la audiencia.
-Son muy agradecidos. El espectador está ávido de saber y la gastronomía interesa cada vez más, nos interesa saber qué estamos comiendo y en que nos puede beneficiar. La gastronomía y la cocina están en el punto de mira de los ciudadanos.
¿Y le da tiempo a estar delante de los fogones?
-Sí, desde luego. La televisión me gusta muchísimo, me encanta hacer Pesadilla en la cocina y todos los programas especiales que hago y disfruté haciendo Top Chef.
¿Suele aplicar el genio que se ve en la tele también a los equipos que trabajan en sus restaurantes?
-El mismo. Soy el mismo fuera y dentro de la tele, no necesito crear un personaje. Lo que diferencia las reacciones en un caso o en otro, dentro o fuera de la tele, son las circunstancias a las que se enfrenta uno. Sí hay que echarle genio, se le echa.
Así que la etiqueta de mal genio no está mal colocada, ni es exagerada, ¿no?
-Una cosa es el genio, otra el mal genio. Hay momentos que te puedes poner de mal genio. Es la fama que me habéis puesto desde los medios, todo depende, lo he dicho, de las circunstancias. Cuando veo a alguien que tiene una cocina en muy malas condiciones o que maltrata el producto, ¡que quieres qué te diga! No me hace sentir bien; es mi manera de ser y lo exteriorizo. Mi genio es el mismo fuera y dentro de la tele. Que dices que tengo mal genio, pues lo acepto, pero hay cosas con las que no puedo.