madrid- Después de haber visto al Paco León de Aída es difícil asimilar su imagen con los ropajes del siglo XVI en una Sevilla que huele a mugre, corrupción, dinero, hambre y dolor; aún así es la ciudad más brillante de la Europa de aquel momento. El actor señala que es fácil ambientarse: “En cuanto te ponen unas ratas alrededor, esa ropa y ese entorno o ves las caras tiznadas, la suciedad? ya estás totalmente ambientado”, ríe León. Para él es su vuelta a televisión después de la ficción de Telecinco y está muy satisfecho del recorrido porque ayer empezó otra de sus apuestas, el rodaje de Arde Madrid, una serie arriesgada, en blanco y negro y que llevará al espectador a la dolce vita de los 60 con Ava Gardner como telón de fondo.
Es difícil después de lo que hemos visto de usted imaginarle en el siglo XVI.
-No tanto. Aunque a mí al principio me costó. Yo veo las fotos con las ratas y ya me veo totalmente integrado. No hay problema, unas ratas, mugre, carruajes, un vestuarios complicado a veces y todo caras tiznadas a tu alrededor y ya has hecho el viaje.
¿Una Sevilla menos agradable que la usted conoce?
-Era una Sevilla hermosísima, con todas esas capas que muestra la ciudad que fue en el siglo XVI, era poco menos que la cafetería de La guerra de las galaxias. Aparecen animales y productos muy extraños en esa época porque venían de otros mundos. Sevilla era la capital del mundo en ese momento, y de eso queda mucho.
¿Por ejemplo?
-Pienso que Sevilla es una ciudad muy creída por ese pasado tan glorioso que ha tenido.
¿La chulería de los sevillanos viene de hace 500 años?
-Ja, ja, ja? Nos ves chulos, ¿verdad? Exactamente. Podemos decir que la chulería de los sevillanos está más que justificada por su pasado glorioso.
Si esa Sevilla tenía muchas capas, Luis de Zuñiga, su personaje no se queda atrás.
-Es muy poliédrico, es un caramelo para un actor. Estoy contento y encantado con el personaje que me ha tocado. Capítulo a capítulo, se van viendo bastantes caras; es un ser sin escrúpulos, bastante hijo de puta, pero también tiene su corazón y sus dramas. Creo que el espectador puede llegar a empatizar con él.
Nunca dejará de sorprendernos Paco León?
-Eso espero, me encanta dejaros con la boca abierta. Qué sería la vida sin sorpresas, y yo soy como una caja, me abro y puede salir cualquier cosa.
Dicen que Alberto Rodríguez es muy duro a la hora de trabajar.
-Es muy exigente, apoya mucho a los actores, a su equipo, pero sí que es puntilloso, es muy detallista. Se fija en detalles que otros directores no tendrían en cuenta.
Parece que no quería actores conocidos.
-Es verdad. Pero tengo que decir a mi favor que yo pasé por un casting, que no fue una elección a dedo? Debí hacerlo muy bien y le convencí. Ja, ja, ja? No sé lo que haya dicho él, yo estoy encantado de haber trabajado con él a pesar de ser tan puntilloso y exigente. Esto es broma. Ha sido un placer.
También en Movistar+ tiene prevista la serie ‘Arde Madrid’ y en blanco y negro.
-Acabamos de empezar el rodaje y yo estoy metido en este proyecto hasta las cejas. Es muy diferente a todo lo que se ha hecho hasta ahora, desde la propuesta de hacer la serie en blanco y negro hasta el formato. En septiembre vamos a ver cómo Arde Madrid.
Es usted como Juan Palomo: Yo me lo guiso, yo me lo como. Es director, guionista y actor.
-Soy un poco de todo y se te olvida un cargo, productor. Eso es lo que más quebraderos de cabeza me da, pero si quiero hacer las cosas de una manera concreta, tengo que hacerlo yo casi todo.
Ava Gardner es una mujer que atrajo en su momento pero que le queda un poco lejos por edad. ¿Por qué ese interés por ella?
-Más que por el personaje de Ava, que es interesantísimo, y cuanto más lo hemos conocido, más me lo parece, es el contexto, por ese momento que se vivió en Madrid a principios de los 60. En plena dictadura, una élite de aristócratas, artistas y extranjeros vivieron una dolce vita desenfrenada y muy poco conocida.
¿Un espejismo en una sociedad gris y dominada?
-Sí, pero algunos la disfrutaron, y bien. En Chicote se juntaban Lola Flores, Samuel Broston, Charlton Heston, Carmen Sevilla, Ava Gardner? Es un momento del que se ha hablado poco y los que vivieron ese Madrid, aún viven muchos, lo cuentan, y lo cuentan con pasión.
Cuando le da por dirigir arriesga mucho en sus propuestas.
-Intento hacer proyectos diferentes, proyectos que me entusiasmen. Cuando hay algo que no se ha hecho, cuesta más; no fue fácil convencer a Movistar+ de hacer una serie en blanco y negro.
¿Merece tanto la pena este riesgo?
-Creo que sí. Hay tantas series. Pienso que diferenciarse y hacer cosas diferentes es una necesidad, creo que lo agradece el público.
Desde ‘Aída’ no le habíamos visto en televisión.
-Exacto. De una comedia en abierto a un thriller existencialista de Alberto Rodríguez, hay un arco.
¿Es imposible hacer ‘La peste’ o ‘Arde Madrid’ en televisión abierta?
-Sí. Creo que estas series que tienen una voluntad de producto gourmet televisivo, que son diferentes y con las que no se intenta contentar a mucho público, sino contentar a un público muy selecto que tiene el morro muy fino, son para hacerlas en cerrado. Hay un público que no se conforma ya con tramas previsibles y con un final de temporada con boda. Este público del que yo hablo necesita otro tipo de narrativas y agradece otro tipo de riesgos visuales.
¿Lo mejor de la televisión solo se puede ver en un canal de pago?
-Creo que sí, pero todo depende del tipo de televisión que te guste. Hemos pasado de la piratería, de quererlo ver todo gratis, a tener dos o tres plataformas para ver lo que nos gusta.
¿Hasta dónde está dispuesto a arriesgar después de ‘Arde Madrid’?
-Arde Madrid me va a tener entretenido todo el año. Después de esta serie lo único que quiero ver son unas vacaciones. Entre La peste, Arde Madrid y La tribu, que se estrena en marzo, voy a estar cargadito de trabajo y de promociones.