MADRID - Mañana llegará a Telecinco Little Big Show, un programa espectáculo en el que Carlos Sobera mostrará con humor el talento y desparpajo de niños que expondrán sus sorprendentes destrezas sobre el escenario sin la presión de ganar o ser evaluados. Little Big Show es la adaptación de Little Big Shots, producido en EE.UU. por Ellen DeGeneres y emitido con más de 15 millones de espectadores en su primera temporada en NBC. Acróbatas, virtuosos del violín y de la guitarra, maestros de la batería, genios en artes, ciencias o matemáticas, gimnastas, bailarines o expertos en juguetes: así serán algunos niños de Little Big Show.
Para Sobera, “es un programa diferente. No es un talent show al uso porque no hay competición y porque más allá de los talentos particulares de los niños, que son extraordinarios, lo más importante para mí es la oportunidad que se nos da de establecer un diálogo de tú a tú, como iguales, para que los niños se expresen en toda su amplitud”. ¿Qué ocurre cuando un niño extravía su juguete en un sofá gigante con un desconocido a su lado? ¿Cómo reacciona un pequeño con una pistola de agua en la mano cuando está relajado y a gusto charlando de lo que verdaderamente le interesa? Los niños se sentirán libres de correr por el escenario, desatender al presentador, jugar durante la entrevista o incluso irse si les parece.
“He aprendido que los niños, dentro de su mundo infantil, tienen una extraordinaria visión de las cosas, gracias a su naturalidad y su sencillez. Me ha sorprendido la madurez que tenían delante de un presentador al que no conocían, delante del público y de las cámaras. Han sido los grandes dominadores de la situación y se han expresado libremente, con mucha cordura y sentido común, diciendo verdades como puños, sin tapujos y sin prejuicios. Hablan de las cosas más mundanas de la forma más natural y eso a veces se echa de menos en las entrevistas con adultos”, explica Sobera.
Un sofá gigante sobre un escenario inspirado en los grandes teatros neoyorquinos servirá de punto de encuentro entre Carlos Sobera y los pequeños invitados, un lugar perfecto para que den rienda suelta a su naturalidad en una conversación relajada y llena de humor. Tras una inesperada sorpresa que hará girar el escenario 180 grados, los niños tendrán la oportunidad de demostrar su habilidad como grandes estrellas en potencia.